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lunes, 25 de enero de 2010

KANT: Crítica de la metafísica tradicional


Tema: Crítica de la metafísica tradicional.

La razón es la capacidad suprema de pensar, elabora razonamientos, es decir,  relaciona juicios. La razón busca la construcción de juicios cada vez más generales, en busca de principios o leyes que abarquen el mayor número posible de fenómenos. Esta búsqueda de los principios últimos bajo los cuales se pueda comprender toda la realidad es llamada por Kant la búsqueda de lo incondicionado, ya que se supone que ese principio último es la condición de todos los fenómenos y, a su vez, no depende de ninguna otra causa. A estos conceptos puros a priori de la razón, les llamará Kant ideas trascendentales.

Si analizamos las formas del silogismo podremos deducir los conceptos a priori de la razón. Para Kant razonamiento equivale a silogismo, la lógica apenas había avanzado desde Aristóteles. Concluye que hay tres ideas trascendentales: alma, mundo y Dios. Mediante la idea de alma, dice Kant, unificamos todos los fenómenos del psiquismo; es la condición incondicionada de todos los fenómenos psíquicos (es decir , todos los fenómenos que tienen lugar en mi psiquismo han de ser remitidos a un yo). Mediante la idea de mundo unificamos todos los fenómenos de la experiencia; la idea de mundo es la condición incondicionada de todos los fenómenos de la experiencia (es decir, todos los fenómenos de experiencia tienen lugar en el mundo). Mediante la idea de Dios unificamos la totalidad de los fenómenos psíquicos y de la experiencia en una única causa de la que dependen y por la que son explicados (Dios es la condición incondicionada de la existencia del alma y el mundo, su causa última).  La disciplina metafísica que tiene por objeto al sujeto pensante es lo que llama Kant psicología racional: La cosmogonía tiene al mundo por objeto y la teología a Dios.

La psicología racional concluye que el alma es una substancia simple, única y está en relación con el mundo exterior. Esta doctrina del alma,  es falsamente considerada como ciencia de la razón pura acerca de la naturaleza de nuestro ser pensante. Como fundamento de esa ciencia sólo tenemos la representación «yo pienso», representación simple y enteramente vacía de contenido y de la cual ni siquiera puede decirse que es un concepto, sino una mera conciencia, que acompaña todos nuestros pensamientos.

La cosmología da lugar a antinomias:
Primera antinomia- Tesis- El mundo tiene un comienzo en el tiempo y es limitado en el espacio. Antítesis: El mundo no tiene comienzo en el tiempo y no es limitado en el espacio.
Segunda antinomia La tesis mantiene que toda sustancia compuesta consta de partes que son indivisibles. En estas partes indivisibles es en lo que consiste el mundo, y fuera de ellas no existe nada más. La antitesis mantiene que ninguna cosa compuesta consta de partes simples, y nada en absoluto puede hallarse que sea simple.
Tercera antinomia
Tesis: La causalidad que está de acuerdo con las leyes de la naturaleza no es la única forma de causalidad, hemos de suponer otra forma de causalidad que es la libertad. Antítesis: mantiene que no hay libertad y que todo lo  que sucede en el mundo, sucede de acuerdo con las leyes de la naturaleza.
Cuarta antinomia
Tesis: hay un ser que existe necesariamente como una parte del mundo o como su causa.
Antítesis: Un ser absoluto y necesariamente existente no puede ser ni un aparte del mundo ni su causa.

En las antinomias la razón está en conflicto consigo misma. Se basan en considerar la realidad unas veces como fenómeno y otras como noúmeno.




Las pruebas de la existencia de Dios no son válidas.

Estas ideas trascendentales nos ayudan a unificar en el pensamiento la totalidad de los fenómenos, sin embargo, al no poseer intuición ninguna de estas realidades (Dios, alma, mundo) esas ideas trascendentales no nos ofrecen ningún conocimiento. Son conceptos puros, sin ningún contenido.
La razón se cree capaz de alcanzar el conocimiento de esos principios últimos, incondicionados, de todo lo real; y cae en todo tipo de contradicciones: son las antinomias y paralogismos de la razón pura.


Puesto que no hay nada empírico que corresponda a estas ideas, es imposible para el entendimiento formar por sí mismo la menor imagen de los objetos. La ilusión trascendental se produce cuando la razón hace un uso inadecuado de las categorías, al aplicarlas a estas ideas, pues las considera como objetos y llega a conclusiones ilusorias y contradictorias. Pero dado que una ilusión trascendental tiene sus raíces en la esencia de la razón, es inevitable.

Como resultado se sigue la distinción de todos los objetos en fenómenos y noúmenos. Por fenómeno entiende Kant el objeto tal como es percibido por nosotros una vez que los contenidos de la sensación han sido sometidos a las formas trascendentales del espacio y el tiempo, por lo que respecta a la sensibilidad, y a las categorías por lo que respecta al entendimiento. La única forma posible de conocimiento, para nosotros, es el conocimiento de la realidad como fenómeno. Lo que sea esa realidad considerada "en sí misma", en cuanto noúmeno, es decir, independientemente de nuestro modo de conocerla, es algo que está fuera de nuestro alcance. Las categorías del entendimiento sólo se pueden aplicar a contenidos procedentes de la intuición sensible, ya que no hay ningún tipo posible de intuición intelectual.



Las ideas de la razón conducen a ilusiones metafísicas; estas como tales no son erróneas es la manera de utilizarlas lo que conduce al error. Las ideas pueden ser utilizadas o bien constitutivamente en donde el resultado es una ilusión metafísica; o bien regulativamente. El uso constitutivo se basa en la pretensión de que el alma, el mundo como totalidad, y dios existen. Si las utilizamos regulativamente pueden llegar a ser útiles e indispensables, pues dan una dirección al conocimiento; pues este procede como si hubiera tales objetos y la meta del conocimiento fuese conocerlos. El progreso del conocimiento es un  proceso que nunca termina hacia este ideal. Si suponemos un ser necesariamente existente que ha creado el mundo de acuerdo con un plan definido entonces la exploración de la naturaleza procede como si todo en la naturaleza tuviera una función definida.












Tema: Crítica de la metafísica tradicional. (más amplio)
Ver http://www.ideasapiens.com/autores/kant/epistemologia%20kant.htm
 
La disciplina metafísica que tiene por objeto al sujeto pensante es lo que llama Kant psicología racional: La cosmogonía tiene al mundo por objeto y la teología a Dios. 
 
Puesto que no hay nada empírico que corresponda a estas ideas, es imposible para el entendimiento formar por sí mismo la menor imagen de los objetos. La ilusión trascendental se produce cuando la razón hace un uso inadecuado de las categorías, al aplicarlas a estas ideas, pues las considera como objetos y llega a conclusiones ilusorias y contradictorias. Pero dado que una ilusión trascendental tiene sus raíces en la esencia de la razón, es inevitable.
 
Hay tres tipos: paralogismos que son inferencias concernientes a la idea de un alma; antinomias que son inferencias concernientes a la idea mundo y el ideal de la razón pura que son las inferencias concernientes ala idea de Dios. 
 
Un paralogismo es un razonamiento falso. Hay dos tipos, los lógicos que son los que provienen de un error lógico formal y los trascendentales donde el error reside en la naturaleza de razón misma y este tipo de errores la razón no los puede evitar.
 
La psicología racional concluye que el alma es una substancia simple, única y está en relación con el mundo exterior. El alma es inmaterial; como substancia simple es incorruptible; de su unidad e identidad surge su personalidad, estas tres características juntas dan la espiritualidad; la relación con los objetos en el espacio la hace el principio de la vida en la materia. Esta doctrina transcendental del alma, es falsamente considerada como ciencia de la razón pura acerca de la naturaleza de nuestro ser pensante. Como fundamento de esa ciencia sólo tenemos la representación «yo pienso», representación simple y enteramente vacía de contenido y de la cual ni siquiera puede decirse que es un concepto, sino una mera conciencia, que acompaña todos nuestros pensamientos.
 
Primera antinomia- Tesis- El mundo tiene un comienzo en el tiempo y es limitado en el espacio. Antítesis: El mundo no tiene comienzo en el tiempo y no es limitado en el espacio.
Segunda antinomia La tesis mantiene que toda sustancia compuesta consta de partes que son indivisibles. En estas partes indivisibles es en lo que consiste el mundo, y fuera de ellas no existe nada más. La antitesis mantiene que ninguna cosa compuesta consta de partes simples, y nada en absoluto puede hallarse que sea simple.
Tercera antinomia
Tesis: La causalidad que está de acuerdo con las leyes de la naturaleza no es la única forma de causalidad, hemos de suponer otra forma de causalidad que es la libertad. Antítesis: mantiene que no hay libertad y que todo lo que sucede en el mundo, sucede de acuerdo con las leyes de la naturaleza.
Cuarta antinomia
Tesis: hay un ser que existe necesariamente como una parte del mundo o como su causa.
Antítesis: Un ser absoluto y necesariamente existente no puede ser ni un aparte del mundo ni su causa. 
 
Encada una de las cuatro antinomias que anteceden la tesis refleja lo que Kant llama dogmatismo de la razón pura y la antítesis es una expresión del empirismo. El dogmatismo, afirmar lo incondicionado, la existencia de lo necesario y la libertad. El empirismo tiene un fundamento firme. está siempre comprobado por la experiencia. En las antinomias la razón está en conflicto consigo misma. Se basan en considerar la realidad unas veces como fenómeno y otras como noúmeno. 
 
En la tercera antinomía habría contradicción si al sujeto de la libertad se le considerara como un mero fenómeno, pues se afirmaría y negaría lo mismo de un objeto en un mismo sentido. Pero la necesidad de la naturaleza se refiere a los fenómenos y la libertad a las cosas en sí mismas, así no se origina contradicción. En el mundo fenómico no puede existir un ser necesario, pero puede existir un ser necesario más allá de lo que podemos conocer.
 
Dios es una idea que resulta de la suma de todos los predicados positivos concebibles, pero no es entendido simplemente como idea, sino como una cosa existente; aunque no pueda ser experimentado, porque todo lo que hay en la experiencia es finito y limitado, es una cosa en sí y sirve como base de toda determinación de los objetos sensibles. Sirve, por lo tanto como un ideal trascendental. Kant considera que todas las pruebas de la existencia de Dios son erróneas. 
 
La prueba ontológica: un ser que tiene todas las propiedades positivas tiene que tener también la propiedad existencia. Kant dice que ni un sujeto ni un predicado pueden tener necesidad, sólo existe necesidad en los juicios analíticos, que son verdad por definición. Kant concluye diciendo que no podemos tener un concepto de un ser tal que la negación de su existencia fuese una contradicción. Por añadidura, la existencia no es un predicado real, esto es, un predicado que añade alguna propiedad a un sujeto. 
 
La prueba Cosmológica: Si algo existe, entonces existe también un ser absolutamente necesario. Ahora bien, yo, al menos existo; por lo tanto, existe un ser absolutamente necesario. Según Kant estas pruebas presuponen la prueba ontológica, por que la prueba incluye aserción de que lo que existe necesariamente, posee la más alta forma de realidad. Además se aplica la causalidad que sólo tiene validez en la experiencia. trascendentalmente. 
 
La prueba físico teológica se basa en la regularidad de la naturaleza. Tal regularidad sólo puede ser resultado de una inteligencia que existe fuera de la naturaleza. Concluimos, así, que el curso de la naturaleza, que es regular y conforme a propósito, es debido a un ser omnipotente, omnisciente y necesariamente existente. Aún admitiendo que los procesos de la naturaleza proceden conforme a un propósito, ello no nos autoriza, a argumentar a favor de un creador del mundo, sino todo lo más de un arquitecto cósmico. Con respecto a las cualidades de este ser solo estamos autorizados a decir que es sabio y no podemos dar el salto a la perfección. Este salto presupone la prueba cosmológica y la ontológica. Y puesto que ambas ya están invalidadas ninguna de las tres pruebas de la existencia de dios son válidas. Es imposible por medio de la razón probar la existencia de dios, pero también es, según Kant imposible refutarla. 
 
Las ideas de la razón conducen a ilusiones metafísicas; estas como tales no son erróneas es la manera de utilizarlas lo que conduce al error. Las ideas pueden ser utilizadas o bien constitutivamente en donde el resultado es una ilusión metafísica; o bien regulativamente. El uso constitutivo se basa en la pretensión de que el alma, el mundo como totalidad, y dios existen. Si las utilizamos regulativamente pueden llegar a ser útiles e indispensables, pues dan una dirección al conocimiento; pues este procede como si hubiera tales objetos y la meta del conocimiento fuese conocerlos. El progreso del conocimiento es un proceso que nunca termina hacia este ideal. Si suponemos un ser necesariamente existente que ha creado el mundo de acuerdo con un plan definido entonces la exploración de la naturaleza procede como si todo en la naturaleza tuviera una función definida.



KANT: Experiencia y conocimiento a priori


Nociones: Experiencia y conocimiento a priori.

Kant identifica experiencia con el conocimiento sensible. Existen tanto en la sensibilidad como en el entendimiento unas formas trascendentales, que no dependen de la experiencia, y que son a priori, por lo tanto, que actuarán como un "molde" al que se tienen que someter los datos recibidos por la sensibilidad y los conceptos formados por el entendimiento. En consecuencia, tanto la sensibilidad como el entendimiento adquieren, aunque a distinto nivel, un papel configurador de la realidad.

Si podemos construir juicios sintéticos a priori es porque no todo nuestro conocimiento procede de la experiencia, aunque todo nuestro conocimiento comienza en la experiencia.
Primero recibimos impresiones o sensaciones, los sentidos nos permiten intuir o captar los objetos. El sujeto (cognoscente) unifica, ordena y estructura la materia bruta de las sensaciones, se añade una forma a priori, que no es un elemento empírico. Kant llama materia de la sensibilidad a lo dado por los sentidos y forma de la sensibilidad al elemento estructurante. Así queda superado el realismo, el objeto que conocemos no es una copia de la realidad obtenida sensorialmente.

Si analizamos el contenido de cualquier conocimiento, despojándolo de todo elemento procedente del entendimiento, a fin de quedarnos sólo con el conocimiento sensible; y una vez hecho esto analizamos ese conocimiento sensible, despojándolo de todo elemento perteneciente a la sensación, nos quedaremos sólo con la forma del conocimiento sensible. Tendremos entonces la forma pura de la sensibilidad.

En el caso de los objetos que nos representamos como exteriores a nosotros, como una mesa o una casa, por ejemplo, podemos prescindir de cualquier representación sensible (tamaño, forma, color) pero no podemos prescindir de representárnoslo como algo en el espacio. De modo similar, por lo que respecta a la intuición de los estados internos del sujeto podemos prescindir de todas sus características excepto de representárnoslos en relaciones de tiempo.

El espacio no puede ser una cosa, ya que las cosas existen en el espacio; si lo consideramos como una cosa tendríamos que concebir otro espacio que lo contuviese, y así indefinidamente, lo que resulta absurdo. El espacio tampoco puede ser un concepto empírico, dado que para representarme un objeto debo presuponer de antemano el espacio; por lo tanto, el espacio no puede proceder de la experiencia, sino que la precede. Si no procede de la experiencia ha de ser una representación a priori, independiente de la experiencia.
Según Kant existen dos modos de la sensibilidad, el sentido externo por el cual nos representamos los objetos en el espacio, y el sentido interno, por el cual intuimos en el tiempo nuestros estados psíquicos. El espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad o intuiciones puras. El resultado de la ordenación de las sensaciones (materia) en el espacio-tiempo (forma) es el fenómeno, que es el objeto de nuestra experiencia. Las matemáticas construyen sus juicios sobre las intuiciones puras del espacio (geometría) y del tiempo (aritmética).Esto explica que las proposiciones matemáticas tengan validez y sean aplicables a la experiencia, aunque no se construyan a partir de ella.

El entendimiento es la facultad de pensar el objeto dado en la intuición empírica, es decir, el fenómeno. Pensar supone subsumir (englobar un caso particular dentro de lo general) los fenómenos bajo conceptos que les dan unidad y significación. Hay conceptos empíricos (caballo) y a priori, que se llaman categorías, que son las estructuras a priori del pensamiento. La naturaleza entendida como el conjunto de los fenómenos, se encuentras sometida a la categorías, que son las condiciones de posibilidad de pensar la experiencia, las leyes físicas se imponen a la experiencia por el entendimiento. De este modo, adquieren necesidad y universalidad, haciendo posible la física como ciencia. Las leyes físicas sólo tienen validez para el mundo fenoménico. No conocemos ni las cosas en sí mismas ni las leyes a que están sometidas.



KANT: Metafísica y ciencia


Nociones: Metafísica y ciencia.

Para que un juicio sea considerado científico debe cumplir dos condiciones según Kant: que aumente nuestros conocimientos y que posea validez necesaria y universal. Su validez no puede proceder de la experiencia, pues ésta es cambiante, y sólo proporciona verdades resultado de generalizaciones probables. Por lo tanto los juicios científicos han de ser sintéticos a priori, juicios en los que el predicado no esté incluido en el sujeto de la oración, como ocurre en los juicios analíticos, y que permitan establecer conexiones desconocidas hasta el momento. Esta conexión no debe realizarse basándose en la experiencia, sino con independencia de la experiencia, a priori.
Las matemáticas tratan del espacio y del tiempo. La geometría analiza las propiedades del espacio, la aritmética las del tiempo. Dado que el espacio y el tiempo son las condiciones en las que ha de darse todo fenómeno, las propiedades del espacio y del tiempo han de transmitirse necesariamente a todo fenómeno que pueda darse en ellos, (del mismo modo que el molde de la magdalena imprime su forma a la masa vertida en él, utilizando una burda comparación). De este modo, todos los conocimientos de las matemáticas han de ser universales y necesarios, puesto que todos los fenómenos han de darse necesariamente en el espacio y en el tiempo. De esta forma son posibles los juicios sintéticos a priori en las matemáticas. Los juicios sintéticos a priori son posibles en las ciencias naturales porque se basan en las categorías. El ejemplo que pone Kant es: "todo cambio ha de tener una causa". Es un juicio sintético, ya que la noción de cambio no incluye la de causa; y es un juicio a priori, independiente de la experiencia, y por lo tanto universal y necesario, se funda en la categoría de causalidad.

Del mismo modo que la sensibilidad impone al objeto las estructuras trascendentales del espacio y el tiempo, el entendimiento impone al objeto las formas trascendentales del entendimiento o categorías. En consecuencia, no podremos conocer nunca los objetos tal como son en sí mismos, es decir, como noúmenos, sino solamente tal como se presentan a nosotros a través de esas estructuras trascendentales de la sensibilidad y del entendimiento es decir, como fenómenos.

Al examinar la posibilidad de la metafísica, Kant tiene a la vista la metafísica dogmática racionalista de Wolff. La metafísica es un conocimiento puramente racional, que prescinde de los datos sensibles. La metafísica es el intento de liberar a nuestros conceptos de las limitaciones de la mera observación.
Es imposible un conocimiento de las cosas en sí mismas, y en concreto del alma, del mundo como totalidad y de Dios, aunque estas ideas nos permiten unificar nuestro conocimiento de los fenómenos, no las podemos conocer, ya que no poseemos ninguna intuición de ellas, sólo poseemos la intuición sensible, que sólo nos permite conocer los fenómenos de la naturaleza.

La metafísica se reduce como mucho a un simple análisis de conceptos, que no consigue alcanzar la realidad. La metafísica es imposible como ciencia, aunque exista una tendencia natural inevitable a aplicar las categorías del entendimiento más allá de la sensibilidad, intentando alcanzar el conocimiento absoluto, que no podemos obtener.

A la metafísica le queda un papel crítico o regulativo que pretende eliminar el dogmatismo, para salvaguardar las pretensiones de la moral y de la religión, y evitar la pura especulación al señalar los límites del conocimiento científico. No es posible el conocimiento metafísico de la realidad, conocimiento puramente racional, pero sí conocer la fuente del error metafísico.Y positivamente impulsa al ser humano a seguir investigando, tratando de encontrar una mayor unificación y coherencia entre todos sus conocimientos.




KANT: CONTEXTUALIZACION



El pensamiento del autor en el conjunto de su obra


Se suele dividir la obra de Kant en dos períodos: el precrítico y el crítico. El primero de ellos abarcaría toda la actividad filosófica kantiana hasta la "Disertación" de 1770, que se considera como el punto de partida del llamado "período crítico", a lo largo del cual Kant desarrollará su propia filosofía. El segundo período coincide con su nombramiento como catedrático de Lógica y Metafísica. 

Algunos estudiosos de Kant distinguen dos fases en el periodo precrítico: la primera en la que predominaría el interés por la física y las ciencias en general; la segunda coincidiendo con su actividad como Privatdozent (profesor auxiliar) en la Universidad de Königsberg, dominada por preocupaciones metafísicas.

Kant de formación racionalista se interesó muy pronto por cuestiones científicas. La mecánica de Newton era en ese momento el modelo de teoría científica, tanto por su contenido como por su método. Kant trató de buscar su fundamento en los primeros principios metafísicos. Aunque la tarea presentaba grandes dificultades, hasta que no entró en contacto con el pensamiento de Hume, Kant no despertó de lo que él llama su sueño dogmático.

Entonces inicia una filosofía crítica o trascendental para averiguar en qué se basa la ciencia, y si la metafísica puede convertirse en ciencia. Supera de este modo el racionalismo y el empirismo. Kant acusa a Hume de haberse quedado corto en su examen crítico de la metafísica. Además Hume redujo la conexión causa-efecto a un simple hábito psicológico, y por lo tanto a una necesidad subjetiva.
 Con lo cual no sólo la metafísica es imposible, sino que incluso las leyes newtonianas se convierten en leyes sólo probables. En su análisis Kant no se sitúa en el punto de vista psicológico, no analiza el funcionamiento de nuestra mente al conocer, que es la posición empirista, sino que adopta un punto de vista que el llama trascendental, analiza el conocimiento para descubrir las condiciones a priori que lo hacen posible.


Kant explica el cambio que supone su filosofía en la concepción del conocimiento basándose en una analogía con la revolución copernicana. En astronomía, Copérnico comprendió que no se podía entender el movimiento de los objetos celestes si la Tierra está en el centro del Universo, para entender el movimiento de los objetos celestes era necesario suponer que es la Tierra la que gira a alrededor del Sol.

Kant considerará que en filosofía es precisa una revolución semejante a la copernicana. La filosofía anterior a Kant suponía que en el conocimiento el sujeto que conoce es pasivo, que el objeto conocido provoca en él una representación. Kant propone que el Sujeto es activo. El sujeto no se limita a reflejar la realidad. nosotros no nos sometemos a las cosas, las cosas son las que se deben someter a nosotros: los objetos deben someterse a la estructura de nuestro conocimiento: el espacio y el tiempo, y las categorías (conceptos a priori) que nos permiten pensar.

Los racionalistas y los empiristas concebían una sola fuente de conocimiento. Para Kant el conocimiento es el resultado de dos facultades: por la sensibilidad recibimos los objetos, por el entendimiento los pensamos.

Las intuiciones sensibles, si no son pensadas con un concepto, no nos ofrecerían conocimiento alguno: equivaldrían a un torrente de sensaciones. Los conceptos, por su parte, si no se remiten a una intuición sensible, nos ofrecerían un conocimiento vacío de contenidos. "Las intuiciones, sin conceptos, son ciegas; los conceptos, sin intuiciones, son vacíos".

Kant propone una ética formal. Todos los sistemas éticos anteriores habían partido de que el bien determinaba la moralidad, el deber ser. Sin embargo, del mismo modo que el conocimiento teórico no está determinado por el objeto, sino que se encuentra determinado por las condiciones a priori de la sensibilidad y del entendimiento, el conocimiento moral tampoco estará determinado por el objeto. Aunque la ética se refiere al ser humano, no puede fundarse ni en la naturaleza humana ni en las circunstancias humanas, sino que ha de ser a priori. Las leyes de la moralidad deben tener un carácter universal y necesario. Las éticas materiales proponen distintos bienes para alcanzar la felicidad, lo que pone de manifiesto su falta de universalidad. Al estar basadas en la experiencia carecen de la necesidad de la que deben gozar las leyes morales.


El pensamiento del autor en la historia de la filosofía y/o en su época.

Kant es un filósofo ilustrado. Es habitual considerar la Ilustración como una etapa cultural, sociológica y política que se desarrolla entre dos revoluciones. Se abre con la revolución gloriosa inglesa de 1688-1689 y se cierra con la revolución francesa de 1789.

Kant dice que la Ilustración intenta liberar al hombre de su “culpable incapacidad”: incapacidad por no ser capaz de darse a sí mismo sus propias leyes y normas de conducta, y culpable porque este defecto no se basa en una dificultad que dependa de la naturaleza, como ocurre en el caso de los niños, sino del temor, la cobardía y la falta de decisión. La naturaleza ha dado a todo hombre el instrumento adecuado para que sea dueño de sí mismo y no necesite el control o la tutoría de nadie: la razón. La Ilustración es el paso a la mayoría de edad y se resume en el lema “atrévete a pensar”. Atreverse a pensar sobre la base de la experiencia y de la propia razón.

El siglo de las luces se caracteriza por la conciencia de que la razón y la ciencia iluminan por fin al hombre. Es un movimiento que tiene su origen en Inglaterra, y que se difunde por toda Europa gracias a los franceses. El ilustrado pertenece a la élite intelectual, se caracteriza por su inconformismo y crítica de la situación presente. Es preciso examinarlo todo sin excepción.

La ilustración en Alemania se caracteriza por carecer de crítica social y política como en Francia, de hecho la fomenta la misma monarquía. Se centra en la universidad, estudia problemas lógicos y metafísicos, es conservadora y poco popular.

Ataca todo forma de superstición o fanatismo, y también cualquier tipo de opresión. Todo dogma debe ser destruido, la razón no debe encontrar más que sus propios límites. Cree en el progreso de la humanidad, gracias al desarrollo de la razón. A pesar de su carácter burgués, piensan que la cultura debe llegar a todos, por eso se interesan por la pedagogía y son claros. Pese a ello su penetración en las clases populares fue escasa. La penetración en la burguesía, la aristocracia, incluidos los monarcas, y parte del clero, fue extraordinaria.

Esta es una época tranquila desde el punto de vista religioso, no hay polémicas, ni guerras, ni persecuciones religiosas. El papado pierde influencia, y la tolerancia gana terreno. La mayoría de los ilustrados pensaban que era irracional concebir el mundo sin Dios. También se consideraba razonable creer en la inmortalidad del alma. Pensaban que se debían eliminar del cristianismo todos los dogmas irracionales que se habían añadido a la sencilla predicación de Jesús a lo largo de la historia de la Iglesia. Algunos adoptaron una postura deista, que consiste en afirmar que Dios había creado el mundo, pero no interviene en la historia. Dios es un ser superior que sólo se da a conocer a la humanidad a través de la naturaleza y sus leyes. Algunos adoptaron una postura materialista consecuente y se declararon ateos.

Los científicos creen que ya es posible prescindir de Dios para explicar el mundo. Laplace explica el origen del sistema solar a partir de una nebulosa. La ciencia ilustrada proclama la autonomía del mundo respecto a Dios, del mismo modo que proclama la autonomía de la razón.

El pensamiento de Kant estuvo influido por la metafísica de Wolff, que dominó la escena filosófica alemana durante la 1ª mitad del siglo XVIII. Estaba inspirada en Leibniz y era un racionalismo extremo. La filosofía era concebida como una ciencia deductiva que sigue el método geométrico. Se puede demostrar todo a partir de unos primeros principios. El papel otorgado a la experiencia sensible es nulo.

Al entrar en contacto con el pensamiento de Hume, Kant despertó de lo que él llama su sueño dogmático. El Empirismo es una corriente filosófica contrapuesta al racionalismo. Mientras que este toma como modelo a la ciencia moderna en su aspecto matemático, el empirismo recoge otro aspecto: la importancia de la experiencia.

El origen del conocimiento es la experiencia, la mente es como un papel en blanco. El empirismo niega la existencia de ideas innatas, nuestra mente está vacía de contenido antes de recibir información de los sentidos. El conocimiento humano es limitado. El racionalismo considera que con el método adecuado se puede llegar a conocerlo todo. El racionalismo aspira a alcanzar la verdad absoluta. Los empiristas consideran que no podemos ir más allá de la experiencia, este es el límite del conocimiento.

El pensamiento kantiano es fundamental en la filosofía contemporánea, puesto que permitió superar el debate entre el empirismo y el racionalismo. Fichte, Schelling, Hegel y Schopenhauer se vieron a sí mismos expandiendo y complementando el sistema kantiano.





CONTEXTUALIZACIÓN  ANTIGUA

La metafísica de Wolff dominó la escena filosófica alemana durante la 1ª mitad del siglo XVIII, estaba inspirada en Leibniz y era un racionalismo extremo. La filosofía era concebida como una ciencia deductiva que sigue el método geométrico. Se puede demostrar todo a partir de unos primeros principios. El papel otorgado a la experiencia sensible es nulo. 

Kant se interesó muy pronto por cuestiones científicas, la mecánica de Newton era en ese momento el modelo de teoría científica, tanto por su contenido como por su método. Kant trató de buscar su fundamento en los primeros principios  metafísicos. Aunque la tarea presentaba grandes dificultades, hasta que no entró en contacto con el pensamiento de Hume, Kant no despertó de lo que el llama su sueño dogmático.
 
Entonces inicia una filosofía crítica o trascendental para averiguar en qué se basa la ciencia, y si la metafísica puede convertirse en  ciencia. Supera de este modo el racionalismo y el empirismo. Kant acusa a Hume de haberse quedado corto en su examen crítico de la metafísica. Además Hume redujo la conexión causa-efecto a un simple hábito psicológico, y por lo tanto a una necesidad subjetiva. Con lo cual no sólo la metafísica es imposible, sino que incluso las leyes newtonianas se convierten en leyes sólo probables. En su análisis Kant no se sitúa en el punto de vista psicológico, no analiza el funcionamiento de nuestra mente al conocer, que es la posición empirista, sino que adopta un punto de vista que el llama trascendental, analiza el conocimiento para descubrir las condiciones a priori que lo hacen posible.
 
Examinaremos la posición de Hume sobre las matemáticas, la física y la metafísica.
Las matemáticas versan sobre relaciones de ideas, y por lo tanto permiten realizar razonamientos demostrativos absolutamente seguros y ciertos a priori. Hume parte de una concepción psicologista, las verdades matemáticas no son de carácter lógico, en esto se aparta de la concepción actual.
La física versa sobre hechos que reduce a leyes. Su finalidad es enseñarnos a controlar los acontecimientos futuros conociendo sus causas. La física debe abstenerse de hablar de las fuerzas de la naturaleza, y cuando habla de causas físicas debemos ser conscientes de que hablamos únicamente de acontecimientos habitualmente conjuntados en el pasado,(nada sabemos del futuro), que han adquirido conexión en nuestro pensamiento. Por más que observemos la naturaleza sólo encontraremos que un suceso sigue a otro, sin que seamos capaces de comprender el poder que permite que actúe la causa o la conexión entre ella y su supuesto efecto. 
 
Hume rechaza frontalmente la metafísica. Si conocemos nuestras percepciones y no las cosas directamente, nada nos asegura racionalmente la existencia de un mundo exterior. Todas nuestras ideas no son sino copias de nuestras impresiones, no podemos pensar algo que no haya estado antes en nuestros sentidos, (negación de las ideas innatas). Cuando una idea no puede derivarse de una impresión, se concluye que carece de significado. Este escepticismo absoluto es muy poco práctico, y además la viveza de las impresiones nos convence de la existencia del mundo exterior. Un escepticismo moderado tiene una doble ventaja, nos cura del dogmatismo de los metafísicos, y al reconocer las limitaciones de nuestro entendimiento, nos impide abordar cuestiones de difícil comprensión, como el problema de la sustancia corporal o espiritual, o el del sujeto de la actividad mental. 
 
Kant es un filósofo ilustrado. Es habitual considerar la Ilustración como una etapa cultural, sociológica y política que se desarrolla entre dos revoluciones. Se abre con la revolución gloriosa inglesa del 1688-1689 y se cierra con la revolución francesa de 1789.

Kant dice que la Ilustración intenta liberar al hombre de su “culpable incapacidad”: incapacidad por no ser capaz de darse a sí mismo sus propias leyes y normas de conducta, y culpable porque este defecto no se basa en una dificultad que dependa de la naturaleza, como ocurre en el caso de los niños, sino del temor, la cobardía y la falta de decisión. La naturaleza ha dado a todo hombre el instrumento adecuado para que sea dueño de sí mismo y no necesite el control o la tutoría de nadie: la razón. La Ilustración es el paso a la mayoría de edad y se resume en el lema “atrévete a pensar”. Atreverse a pensar sobre la base de la experiencia y de la propia razón.

El siglo de las luces se caracteriza por la conciencia de que la razón y la ciencia iluminan por fin al hombre. Es un movimiento que tiene su origen en Inglaterra, y que se difunde por toda Europa gracias a los franceses. El ilustrado pertenece a la élite intelectual, se caracteriza por su inconformismo y crítica de la situación presente. Es preciso examinarlo todo sin excepción. La ilustración en Alemania se caracteriza por carecer de crítica social y política como en Francia, de hecho la fomenta la misma monarquía. Se centra en la universidad, estudia problemas lógicos y metafísicos, es conservadora y poco popular.
 
Ataca todo forma de superstición o fanatismo, y también cualquier tipo de opresión. Todo dogma debe ser destruido, la razón no debe encontrar más que sus propios límites. Cree en el progreso de la humanidad, gracias al desarrollo de la razón. A pesar de su carácter burgués, piensan que la cultura debe llegar a todos, por eso se interesan por la pedagogía y son claros. Pese a ello su penetración en las clases populares fue escasa. La penetración en la burguesía, la aristocracia, incluidos los monarcas, y parte del clero, fue extraordinaria.
 
Esta es una época tranquila desde el punto de vista religioso, no hay polémicas, ni guerras, ni persecuciones religiosas. El papado pierde influencia, y la tolerancia gana terreno. La mayoría de los ilustrados pensaban que era irracional concebir el mundo sin Dios. También se consideraba razonable creer en la inmortalidad del alma. Pensaban que se debían eliminar del cristianismo todos los dogmas irracionales que se habían añadido a la sencilla predicación de Jesús a lo largo de la historia de la Iglesia. Algunos adoptaron una postura deista, que consiste en afirmar que Dios había creado el mundo, pero no interviene en la historia. Dios es un ser superior que sólo se da a conocer a la humanidad a través de la naturaleza y sus leyes. Algunos adoptaron una postura materialista consecuente y se declararon ateos.

Los ilustrados tienen conciencia de que se está produciendo una transformación total de las ideas. Aparece una nueva forma de racionalidad y una nueva concepción de la naturaleza. De aquí surge una gran confianza en el progreso y se renuevan las esperanzas de cambio social.
 
El cartesianismo había propuesto como modelo de racionalidad la razón matemático-geométrica, la razón deductiva y sistemática. La ilustración propone un razón empírica y analítica. Se parte de la experiencia, la sensación es el origen de todo conocimiento, no poseemos primeros principios o ideas innatas de los que pueda deducirse todo. La razón ya no es posesión de la verdad, sino búsqueda nunca acabada. Se separan la filosofía y las matemáticas, que ya no aportan el método de investigación.

Se critica la tradición, lo que se traduce en una ruptura con el pasado. Los científicos creen que ya es posible prescindir de Dios para explicar el mundo. Laplace explica el origen del sistema solar a partir de una nebulosa. La ciencia ilustrada proclama la autonomía del mundo respecto a Dios, del mismo modo que proclama la autonomía de la razón.
 
Entre los ilustrados franceses hay dos concepciones de la naturaleza, la materialista y la naturalista, en ambas no se tiene en cuenta la existencia de Dios. Hay excepciones, tanto Voltaire como Newton se apartan de esta tendencia atea. El materialismo ilustrado se basa en una concepción estrictamente mecanicista de la naturaleza, todo se explica por el movimiento de las partículas materiales, que no se rigen por ninguna finalidad, sino por leyes necesarias. El universo es materia y movimiento, una cadena ininterrumpida de causas y efectos. Algunas nos son conocidas, porque afectan a nuestros sentidos, cuando nos son desconocidas, hablamos de movimientos orgánicos y espirituales. Pero sólo es un modo de hablar, todo movimiento es físico y mecánico. Se niega la inmortalidad y la espiritualidad del alma, y la existencia de Dios. Pero este materialismo tiene una intención ética y social, la naturaleza debe ser la guía del hombre, la religión ha introducido la superstición y la violencia, al sustituir la naturaleza por Dios.





domingo, 24 de enero de 2010

TEMA KANT: TEORIA DEL CONOCIMIENTO

Tema:Teoría del conocimiento.

Ver http://www.webdianoia.com/moderna/kant/kant_fil.htm

En la inversión del papel que juegan el sujeto y el objeto en el conocimiento radica la llamada "revolución copernicana" de Kant. La necesidad y universalidad del conocimiento no puede proceder de la experiencia, el conocimiento científico no puede explicarse como una adecuación del sujeto, a los objetos, tal como habían supuesto los filósofos hasta entonces. Por el contrario, hemos de suponer que son los objetos quienes tienen que adecuarse a nuestro conocimiento. El entendimiento no es una facultad pasiva, que se limite a recoger los datos procedentes de los sentidos, sino que configura la realidad.

A diferencia de lo que habían afirmado los racionalistas y los empiristas, quienes concebían una sola fuente del conocimiento, la razón o la experiencia, respectivamente, para Kant el conocimiento es el resultado de la colaboración entre ambas: por la sensibilidad recibimos los objetos, por el entendimiento los pensamos.

La sensibilidad es la fuente de todas nuestras intuiciones. Si prescindimos de la sensibilidad, dice Kant, no podemos tener intuición alguna. El entendimiento no es una facultad que nos permita intuir, nos permite pensar, es un conocimiento conceptual. La sensibilidad suministra las intuiciones del conocimiento; el entendimiento suministrará los conceptos.
Las intuiciones sensibles, si no son pensadas a través de un concepto, (subsumidas en un concepto, dice Kant), no nos ofrecerían conocimiento alguno: equivaldrían a un torrente inconexo de sensaciones. Los conceptos, por su parte, si no se remiten a una intuición sensible, nos ofrecerían un conocimiento vacío de contenidos. "Las intuiciones, sin conceptos, son ciegas; los conceptos, sin intuiciones, son vacíos".
El entendimiento forma conceptos, crea formas bajo las cuales se pueden ordenar diversas representaciones bajo una sola común a todas ellas. Unifica bajo el concepto la multiplicidad de la sensibilidad. Cuando decimos que esto es una casa, o una mesa, lo que ocurre es que bajo el concepto "casa" o "mesa" el entendimiento ha unificado una pluralidad de elementos procedentes de la sensibilidad, así se produce el conocimiento.
Si realizamos con el entendimiento la misma operación que hemos realizado con la sensibilidad, es decir, separar la materia de la forma, podremos distinguir dos tipos de conceptos: los conceptos empíricos y los conceptos puros o categorías. Los primeros son el resultado de generalizaciones tomadas de la experiencia, como los ya citados de "casa" o "mesa". Los segundos no dependen en absoluto de la experiencia: son a priori, y son puestos directamente por el entendimiento, al modo del espacio y el tiempo en la sensibilidad. Son las estructuras a partir de las cuales se generan los conceptos empíricos y podemos, por lo tanto, formular juicios.

Pensar equivale a formular juicios, por lo que todos los actos del entendimiento pueden ser, pues, reducidos a juicios. Ahora bien, si determinamos cuáles son las formas del juicio, podremos identificar cuáles son las funciones de unidad que operan en los mismos, que no serán otras que las categorías. A esta operación la llamará Kant deducción trascendental de las categorías.

Hay doce categorías que corresponden a otras tantas formas de juicio. Tales categorías, en la medida en que son las formas a priori o trascendentales del entendimiento, los "moldes" a través de los cuales se forman los conceptos empíricos, sólo tienen validez aplicadas a las intuiciones suministrados por la sensibilidad.

En sí mismas no proporcionan ningún conocimiento, sino simplemente la forma trascendental, a priori, de todo conocimiento. Si el entendimiento limitase su acción a la producción de conceptos a partir de las categorías, sin aplicar esos conceptos a los contenidos que suministra la sensibilidad, tales conceptos estarían vacíos y no nos proporcionarían ningún conocimiento.
La razón es la capacidad suprema de pensar, elabora razonamientos, es decir, relaciona juicios. La razón busca la construcción de juicios cada vez más generales, en busca de principios o leyes que abarquen el mayor número posible de fenómenos. Esta búsqueda de los principios últimos bajo los cuales se pueda comprender toda la realidad es llamada por Kant la búsqueda de lo incondicionado, ya que se supone que ese principio último es la condición de todos los fenómenos y, a su vez, no depende de ninguna otra causa. A estos conceptos puros a priori de la razón, les llamará Kant ideas trascendentales.
Si analizamos las formas del silogismo podremos deducir los conceptos a priori de la razón. Para Kant razonamiento equivale a silogismo, la lógica apenas había avanzado desde Aristóteles. Concluye que hay tres ideas trascendentales: alma, mundo y Dios. Mediante la idea de alma, dice Kant, unificamos todos los fenómenos del psiquismo; es la condición incondicionada de todos los fenómenos psíquicos (es decir , todos los fenómenos que tienen lugar en mi psiquismo han de ser remitidos a un yo). Mediante la idea de mundo unificamos todos los fenómenos de la experiencia; la idea de mundo es la condición incondicionada de todos los fenómenos de la experiencia (es decir, todos los fenómenos de experiencia tienen lugar en el mundo). Mediante la idea de Dios unificamos la totalidad de los fenómenos psíquicos y de la experiencia en una única causa de la que dependen y por la que son explicados (Dios es la condición incondicionada de la existencia del alma y el mundo, su causa última).
Estas ideas trascendentales nos ayudan a unificar en el pensamiento la totalidad de los fenómenos, sin embargo, al no poseer intuición ninguna de estas realidades (Dios, alma, mundo) esas ideas trascendentales no nos ofrecen ningún conocimiento. Son conceptos puros, sin ningún contenido.
La razón se cree capaz de alcanzar el conocimiento de esos principios últimos, incondicionados, de todo lo real; y cae en todo tipo de contradicciones: son las antinomias y paralogismos de la razón pura.
Como resultado se sigue la distinción de todos los objetos en fenómenos y noúmenos. Por fenómeno entiende Kant el objeto tal como es percibido por nosotros una vez que los contenidos de la sensación han sido sometidos a las formas trascendentales del espacio y el tiempo, por lo que respecta a la sensibilidad, y a las categorías por lo que respecta al entendimiento. La única forma posible de conocimiento, para nosotros, es el conocimiento de la realidad como fenómeno. Lo que sea esa realidad considerada "en sí misma", en cuanto noúmeno, es decir, independientemente de nuestro modo de conocerla, es algo que está fuera de nuestro alcance. Las categorías del entendimiento sólo se pueden aplicar a contenidos procedentes de la intuición sensible, ya que no hay ningún tipo posible de intuición intelectual.