Mostrando entradas con la etiqueta MARX. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta MARX. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de marzo de 2010

MARX: CONTEXTUALIZACION




4.1 

En “La ideología alemana” una obra un poco posterior a los manuscritos, Marx redacta el acta de defunción de la filosofía tradicional. El materialismo histórico es la superación de la metafísica. Hegel ha conseguido exponer cómo se desarrolla la historia. Pero la dialéctica hegeliana se apoya sobre la cabeza y es necesario ponerla sobre los pies, se trata de separar la parte racional de la parte mística. La superación de la filosofía especulativa exige además la realización práctica de la filosofía.


Marx no sólo transformó y criticó sus fuentes intelectuales, también quiso transformar el mundo. No sólo intentó explicar el desarrollo de la  historia humana, también fue un revolucionario. “Hasta el momento los filósofos han interpretado el mundo y de lo que se trata es de transformarlo.”


Para Marx la racionalización (paralela a la industrialización) del mundo no es nada si no va acompañada por la humanización del individuo. Es curioso que las principales argumentos contra el marxismo se centraron durante mucho tiempo en el olvido del individuo y que el movimiento marxista tuviera como principal objetivo la conquista del poder a cualquier precio.


Los Manuscritos económico filosóficos no se publicaron durante su vida. En ellos se refleja el momento de transición que atravesaba su pensamiento, entre el análisis crítico de las ideas y el estudio de los datos históricos. Permanecieron olvidados más de ochenta años.
Esto se debió a la importancia de la economía en el pensamiento marxista hasta épocas muy recientes. Los males del sistema capitalista son vistos exclusivamente como males económicos: miseria creciente, proletarización, despilfarro de recursos,... Desde esta perspectiva los Manuscritos y la categoría de la enajenación carecen de importancia. Son una reflexión sobre el género humano, no pertenece al materialismo dialéctico que es ciencia. Se consideraba que había una ruptura entre el joven Marx influido por la izquierda hegeliana y el Marx maduro, autor del Capital.


"El capital" se subtitula "Crítica de la Economía política". La economía  política es la base científica de la sociedad burguesa, es la ciencia de la producción y de la distribución, de la riqueza y de la miseria. Pretende ser una ciencia positiva que describe los hechos económicos, y que no puede especular sobre lo que debiera ser.


En cambio, Marx trata de explicar el origen de la propiedad privada, intenta mostrar que ésta es un hecho y no una ley, y menos aún una ley eterna. La propiedad privada no es un dato absoluto, que haya que presuponer en toda argumentación. Los economistas burgueses ven a los trabajadores como costes para el capitalista. No los consideran como seres humanos que viven en sociedad,

La economía no puede acercarse a la realidad igual que la astronomía, pues la ordenación del Universo no depende de los hombres, pero la de la sociedad sí. Reducirse a aceptar lo dado, es aceptar la idea de ser humano de esta sociedad, una filosofía que esta oculta y que por ello es más peligrosa. Marx critica el naturalismo de los economistas burgueses y centra su análisis en la demostración de que todas las leyes económicas son leyes históricas, por tanto características de una determinada fase de la evolución histórica.






4.2 CONTEXTO FILOSOFICO
https://quienquieralapas.files.wordpress.com/2012/03/marx-pau-2013.pdf

Según Lenin el marxismo es el resultado de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX:
-la filosofía hegeliana alemana 
 (conceptos de trabajo, alienación e historia),
-la economía política inglesa 
 (análisis de la producción, la distribución y el consumo)
-el socialismo utópico francés (idea de comunismo).

1. Crítica al idealismo hegeliano. Marx, al igual que Feuerbach, pertenece a la izquierda hegeliana. Coincide con Feuerbach en el análisis de la alienación religiosa: el ser humano ha puesto en los dioses su propia esencia y debe recuperarla. Pero Marx critica a Feuerbach que la superación de la religión no puede ser sólo un logro intelectual sino que requiere la transformación de la realidad económica 


El materialismo de Feuerbach es la inversión del idealismo hegeliano. Mientras que Hegel consideraba que lo real tiene su origen en el Espíritu o la Idea, Feuerbach afirmará que lo divino, las ideas, son un mero reflejo de la realidad material. Por ello, si para Hegel el punto de partida para comprender la historia de las ideas es el Espíritu, para Feuerbach el punto de partida ha de ser el hombre, el hombre que vive en el mundo real, material. 
Marx es también materialista. 

Según Feuerbach el secreto de la teología es la antropología. Dios es el conjunto de los atributos humanos pero convertidos en infinitos. El resultado es que la religión aliena al hombre ya que el hombre religioso renuncia a su esencia y la contempla a Dios como una esencia “extraña”, infinita y divina. Por ello, la superación del cristianismo consistirá en que el hombre recupere su propia esencia. No hay más dios para el hombre que el hombre mismo. 
Para Feuerbach, el hombre es un animal comunitario de ahí que su esencia consista en la unidad del hombre con el hombre. Esto es un reinterpretación humanista del axioma: “Dios es amor”. 

2. Crítica al liberalismo económico. Marx coincide con Hegel al considerar al trabajo humano como algo positivo. Mediante el trabajo el hombre transforma la naturaleza y se realiza a sí mismo iniciando el camino hacia la libertad. Sin embargo, la realidad del mundo del trabajo era otra: para el proletariado y el campesinado el trabajo era fuente de alienación y de esclavitud. Para entender las causas de este fenómeno Marx procede al estudio de la economía política inglesa, representada por Adam Smith y David Ricardo. 

Los seres humanos aparecen en una sola de sus facetas, afanados en la creación de riquezas y dominados por un cálculo racional y astuto que es incapaz de trascender el interés individual. Se acepta el paro y la miseria como resultado de un proceso irremediable dominado por leyes ciegas, que se deben conocer pero nunca sustituir.

Según Ricardo, el valor del trabajo equivale a lo que cuesta renovar o regenerar la capacidad de trabajo consumida. El patrón ha de pagar al trabajador un salario que le permita recuperar sus fuerzas y estar en condiciones de seguir trabajando al día siguiente. Pero el trabajo, observa Marx, es una mercancía especial que genera un producto que da al burgués unas ganancias o plusvalía. Esta plusvalía es la que da origen al capital y las desigualdades sociales. 

3. Crítica al socialismo utópico francés. El “socialismo utópico” está representado fundamentalmente por Proudhon. Para este autor la sociedad industrializada se organiza de forma contraria al estado de naturaleza, que consiste en una sociedad rural que vive de los productos de la tierra y en contacto directo con la naturaleza, una sociedad igualitaria y justa sin apenas diferencias sociales. La nueva sociedad industrializada representaba una involución histórica, por lo que se hacía necesario regresar a ese estado de naturaleza de manera violenta o revolucionaria. Marx opina que el socialismo utópico no son más que fantasías o mundos ideales que alejan a los individuos de la transformación de la realidad y niega que haya existido un estado de naturaleza feliz pues la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases.

Engels ofreció una imagen sistemática del marxismo como una filosofía científica, conocida como materialismo histórico, que es una teoría de la historia cuyo punto de partida es la naturaleza. Sus escritos e interpretaciones fueron la base del primer marxismo ruso, que con el triunfo de la revolución, se convirtió en la ideología del nuevo Estado soviético.



Platón:
Aunque son evidentes las diferencias en el plano metafísico (Platón es idealista y Marx materialista) en ambos es común el intento de llevar a la práctica las ideas políticas. Platón realizó tres viajes a Siracusa para intentar aplicar, con ayuda de su amigo Dión, las ideas expuestas en la República. Marx fundó la Primera Internacional, más conocida como Asociación Internacional de Trabajadores (1864), para hacer posible la superación de la sociedad capitalista. A ambos es común la idea de que los filósofos no están sólo para interpretar el mundo sino también para transformarlo. 

El comunismo de la clase gobernante en la República de Platón se extiende a toda la sociedad en Marx. Para Marx los hombres son por naturaleza iguales y la propiedad privada no es un derecho sino un hecho casual que habrá de corregirse en una sociedad perfecta. Para Platón suprimir la propiedad privada en la clase gobernante permite que estos se ocupen de lo público y no de lo privado. 

Una lectura algo libre del mito de la caverna de Platón podría servir para relacionar las sombras del fondo de la caverna y el concepto de ideología en Marx. Son ilusiones utilizadas para mantener inmovilizada a la mayoría. 

Según Karl R. Popper las utopías de Marx y Platón son ejemplos de sociedades cerradas, dictatoriales, donde el individuo está subordinado al todo y cualquier tipo de cambio es imposible.

Hegel: 
Según Hegel el Espíritu es el responsable del desarrollo de la historia. En cada época, la política, la moral, la moda en el vestir, los estilos pictóricos reflejan el nivel de autoconciencia alcanzado por los seres humanos gracias al Espíritu. Pero, tras servir al Espíritu, la cultura de una época queda anticuada y surge otra nueva cultura capaz de aumentar el nivel de autoconciencia del Espíritu. Del mismo modo, Marx afirma que las relaciones de producción y la superestructura, generadas por las fuerzas productivas, se transforman por el avance de las estas. 

Según Hegel, las relaciones jurídicas (el Derecho) y las formas del Estado depende de la evolución general del Espíritu: son etapas dentro del desenvolvimiento del Espíritu objetivo. Sin embargo, para Marx, la evolución del Derecho y el Estado depende de las condiciones materiales de vida a las que Hegel llamó “sociedad civil” y cuya esencia hay que buscarla en la Economía Política 

La dialéctica, en el pensamiento de Hegel, es el modo en que el Infinito se desenvuelve en la Historia. La dialéctica es un proceso en tres momentos de los cuales los dos primeros son contrarios (tesis y antítesis) y el tercero es una reconciliación armoniosa de ambos (síntesis). El antecedente más claro de esta concepción dialéctica de la realidad es Heráclito. Marx afirmará también que la realidad procede dialécticamente pero el sujeto de la dialéctica no es el Espíritu sino la humanidad. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la interpretación religiosa o teológica. 

La alienación en Hegel corresponde al segundo momento de la dialéctica. Es el procedimiento por el cual la Idea (tesis) se hace otra cosa radicalmente de sí misma, Naturaleza (antítesis). La razón por la que la Idea se aliena en que sólo de ese modo puede llegar al autoconocimiento. Marx retomará el término alienación liberándolo de connotaciones teológicas: el sujeto de la alienación será la clase oprimida que ha perdido su ser en el modo de producción capitalista. Puede decirse que la alienación tiene un sentido positivo para Hegel y peyorativo para Marx. En Marx la alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre.  

En Hegel la etapa del Espíritu subjetivo contiene el proceso por el que se alcanza la autoconciencia, la libertad, cuando se impone a la naturaleza mediante el trabajo. En un primer momento la autoconciencia requiere el reconocimiento de otra autoconciencia: sólo gracias al otro puedo llegar a ser yo. Se entabla entonces una lucha a muerte por el prestigio y el reconocimiento. El que teme morir, cede y se convierte en esclavo; el otro es reconocido como señor y trabaja para él. Esta es la conocida dialéctica del amo y el esclavo. La relación entre ambos implicará que se vuelvan las tornas. Ser el amo es una trampa mortal: el amo – que no trabaja – pierde todo contacto con la realidad. En cambio el esclavo conseguirá su libertad por medio del trabajo. Así, Hegel es el primero que afirma el valor del trabajo para la constitución de la autoconciencia, tema en el que coincide con Marx. El hombre es realmente un ser productivo, y el trabajo no es otra cosa que la transformación de la realidad para la satisfacción de sus necesidades, pero transformando la realidad se transforma a sí mismo. La felicidad, la perfección humana, su propio bien, no le viene a éste propiamente de la pasividad sino de la acción, de la ocupación con las cosas.

Para los pensadores anarquistas (Proudhon y Bakunin) la única forma de reformar la sociedad es rechazar toda forma de poder pues éste es siempre fuente de corrupción. Su defensa de la libertad e independencia individual a ultranza chocan con las organizaciones establecidas por el comunismo como necesarias para lograr el objetivo de reformar la sociedad. Las diferencias se vieron en la I Internacional: el enfrentamiento entre Marx y Bakunin produciría la primera escisión dentro del movimiento obrero.







4.2 CONTEXTO HISTORICO


El siglo XIX es enormemente agitado. Las raíces de la agitación se encuentran en las transformaciones económicas y sociales producidas por la revolución industrial.

Socialmente, Europa se transforma: hay que hablar ya de clases sociales . La burguesía capitalista e industrial triunfa y se beneficia de la nueva situación. A su lado aparece el proletariado, que lentamente cobra conciencia de su condición.

La primera parte de la vida de Marx se desarrolla durante la restauración, que es la reacción contra la revolución francesa. En Francia e Inglaterra la monarquía es constitucional. Los países del centro y del este de Europa conservan intactas las formas del Antiguo Régimen. La nobleza terrateniente mantiene la mayor parte de sus privilegios tradicionales y domina absolutamente al campesinado.



En Prusia la reacción es particularmente dura. El gobierno autoritario impone la censura de prensa y obliga a muchos intelectuales liberales y demócratas a exilarse. En Prusia la burguesía carecía de poder y la industria estaba poco desarrollada. La oposición al régimen feudal es puramente intelectual (no existe movimiento obrero) y acaba disolviéndose.

La miseria obrera que ya nadie puede ignorar, es atribuida a la carencia de virtudes de quienes la padecen. Los pobres y pecadores obligados a trabajar catorce horas diarias y a presenciar la explotación de sus hijos, se sienten exasperados en esta situación, están dispuestos a la revuelta pero sin ideas para justificarla. En el momento en que Marx redacta los Manuscritos, solamente en Inglaterra está empezando a nacer un movimiento sindical moderno.

La revolución de 1848 es un hito importante. Marx publica el manifiesto comunista, el movimiento obrero comienza a tomar fuerza. Marx espera una gran crisis económica que conduciría a la revolución, pero en 1852 triunfa la reacción con el golpe de estado de Napoleón III.

Karl Marx era poco conocido en el resto de Europa: en parte porque escribía en alemán (pero sus obras no se publicaban todavía en Alemania) y en parte porque sus elaboraciones conceptuales no estaban al alcance de la mayoría. Fue el levantamiento popular de París en 1871, conocido como la Comuna, el que adoptó El capital como fundamento teórico, proclamó la primera experiencia histórica de «dictadura del proletariado» y difundió el nombre de Karl Marx por todo el mundo. 
La mayor parte de los revolucionarios y líderes obreros adoptaron sus ideas y se inició la veneración de su persona y su obra como quintaesencia del pensamiento revolucionario.



"




MARX: TEMAS


Tema: La alienación del hombre en la sociedad capitalista.


Alienar significa vender, convertir algo propio en ajeno, Alienación significa que alguien deja de ser él, pierde su personalidad. 
La forma de trabajo de la sociedad burguesa constituye "la alienación total del hombre". El proceso de la alienación afecta a todos los estratos de la sociedad, distorsionando hasta las funciones naturales del hombre. El hombre en el capitalismo, cualquiera que sea la clase social a la que pertenezca se encuentra alienado.

La alienación más importante es la económica que tiene lugar por la propiedad privada de los medios de producción. El hombre se hace cosa, deja de ser humano para convertirse en mercancía. La división social del trabajo, se lleva a cabo sin tomar en consideración el talento de los individuos o el interés de la totalidad. Obedece más bien a las leyes del mercado. Bajo el imperio de estas leyes el producto del trabajo, la mercancía, parece determinar la naturaleza y el fin de la actividad humana. Dicho de otro modo, los materiales que deberían servir a la vida humana llegan a regir su contenido, su meta y la conciencia del hombre.

Otras formas de alienación son la social y la política, se refieren a la enajenación del hombre en una sociedad que no le trata como tal, y un sistema político en el que no participa. La alienación política se articula a través del Estado, que es un aparato de represión y coacción que pretende garantizar el orden y, por tanto, mantiene un orden económico alienante. El Estado sirve a los intereses de la burguesía. La eliminación del Estado es una meta irrenunciable común a comunistas y anarquistas (si bien difieren en los procedimientos). 

Por último, quedan la alienación filosófica y religiosa, que también cumplen la función de mantener la alienación económica esencial. La religión intenta tapar el sufrimiento y la miseria sociales: "la religión es el opio del pueblo", inventando un mundo divino, un reino independiente que flota en las nubes da consuelo y esperanza. 
Marx dice que “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”, la discusión sobre la verdad o falsedad de un pensamiento aislado de la práctica, es un labor inútil.

La ideología es una falsa conciencia, una representación inadecuada de la realidad a fin de que los explotados consideren naturales y por tanto justificables e inevitables sus condiciones de vida: "siempre ha habido ricos", "es natural que el amo se lleve una parte de la cosecha: es el dueño de la tierra", son expresiones que manifiestan la aceptación de la ideología dominante por parte de los dominados.
"Había una vez, aunque ya hace bastante tiempo de esto, una época en que la sociedad se dividía en dos: las gentes de la élite, laboriosas, inteligentes, y sobre todo dotadas de costumbres caseras; un montón de vagos que están de fiesta de la mañana a la noche y de la noche a la mañana. Ni qué decir tiene que los unos amontonaron tesoro sobre tesoro, mientras que los otros rápidamente se encontraron desprovistos de todo". 
Así se originó la pobreza de la gran masa que, a pesar de un trabajo realizado sin fin ni tregua, tiene que pagar siempre con su propia persona; y la riqueza de unos pocos, que recogen todos los frutos del trabajo sin haber hecho nada con sus manos”


Llamamos mercancía a cualquier objeto que es producido con vistas a su cambio por otros objetos, Como mercancías, las cosas son sólo cantidades, y esto quiere decir que son cantidades de una magnitud única, la materialización de esa magnitud es el dinero. Dos objetos pueden valer lo mismo a efectos de cambio aunque sean cualitativamente diferentes. La sociedad capitalista es aquella sociedad en la que todas las cosas son mercancías, y, por lo tanto, aquella sociedad en la que todo es cantidad , que no tiene ninguna determinación cualitativa.

El trabajador ha puesto su fuerza de trabajo como mercancía en el mercado. Es algo que puede ser comprado y vendido libremente. Sin embargo, para que el hombre con dinero encuentre en el mercado la fuerza de trabajo necesaria como mercancía son precisas dos condiciones: en primer lugar, el poseedor de la fuerza de trabajo debe ser libre para disponer de ella (esto no ocurría en el feudalismo); en segundo lugar, para vivir debe estar obligado a vender su fuerza de trabajo. Esto significa que ha sido desposeído de la propiedad de los medios de producción.


El modo de producción capitalista se funda en la separación entre el trabajador y los medios de producción, que están bajo control de un pequeño grupo de capitalistas. El trabajo es alienante porque al trabajador no le pertenece el producto de su trabajo. Para el trabajador no hay alternativa a vender su fuerza de trabajo, que no sea el hambre. El capitalista usa su control de los medios de producción para obligar a la gente a trabajar para él y la obliga trabajar más tiempo del equivalente a sus salarios, generando así trabajo excedente.

La explotación se funda en el poder económico del capitalista, no en que tenga el monopolio de la violencia, como ocurre en el feudalismo o el esclavismo. La explotación queda disimulada porque no hay violencia física. El trabajador es legalmente libre y ha acordado, aparentemente de forma voluntaria, trabajar para el capitalista. Sin embargo, no es por esto menos efectiva la explotación.

La producción comienza con un contrato libre. Una de las partes vende su fuerza a la otra. La fuerza de trabajo produce plusvalía. Produce más de lo que cuesta al capitalista. La ganancia del capitalista es la plusvalía. El aumento de la plusvalía absoluta tiene tres obstáculos: el día sólo tiene 24 horas, los límites biológicos y la resistencia de los obreros. De aquí el paso de la plusvalía absoluta a la plusvalía relativa. Se disminuye el tiempo de trabajo necesario aumentando la productividad del trabajo, lo que implica el desarrollo del maquinismo. El capital constante (edificios, máquinas, materias primas, etc.) aumenta más rápidamente que el capital variable (salarios). Y como para Marx la única fuente de ganancia es la plusvalía, se establece la ley tendencial del descenso de la tasa de ganancia. La consecuencia es la concentración del capital y el empobrecimiento del proletariado.

“El obrero se empobrece tanto más cuanto más riqueza produce, cuanto más aumenta su producción en extensión y en poder. El obrero se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías crea. A medida que se valoriza el mundo de las cosas se desvaloriza, en razón directa, el mundo de los hombres.”

Mediante la abolición de la propiedad privada se puede superar la enajenación. Si no hay propiedad privada de los medios de producción no puede haber una relación de explotación y alienación.











Tema: Comunismo y emancipación.


En el trabajo el hombre debería realizarse como hombre, pero en la sociedad capitalista sucede precisamente lo contrario, se produce la alienación del hombre. Esta alienación se da en cuatro dimensiones:

-con respecto al producto de su trabajo, al convertirse en capital de otros, se convierte en un ser extraño, que él no posee ni domina, de hecho cuantos más objetos produce el trabajador, menos posee y más sujeto está a la dominación de su producto, es decir, del capital.

-con respecto a su propia actividad, su trabajo no es voluntario sino forzado, no es la satisfacción de una necesidad, sino un medio de satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Entonces el hombre sólo se siente libre en sus funciones animales: comer, beber, engendrar...en cambio en sus funciones humanas se siente como animal, lo humano se convierte en lo animal y lo animal en humano. El hombre no se siente feliz, sino desgraciado, no desarrolla su energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Se encuentra fuera de sí y sólo se siente en sí fuera del trabajo.

-con respecto a la naturaleza, aparece como algo ajeno al trabajador, como propiedad de otro, no como el cuerpo inorgánico del hombre. La naturaleza es su cuerpo porque no puede separarse de ella si quiere sobrevivir, a la vez el ser humano es parte de la naturaleza.

-con respecto a los otros hombres, el hombre a diferencia de los animales es capaz de trabajar para sí mismo y para los demás, para transformar el mundo en favor de la especie humana. Pero en el trabajo alienado se corta toda relación con la Naturaleza y con la Humanidad, cada uno trabaja para sí mismo y el otro aparece como  un ser extraño.

El socialismo se hace posible una vez que existe una fuerza de trabajo industrializada y medio educada. La clase inferior de la sociedad industrial, el proletariado, trabaja por un pequeño salario y el excedente que produ­ce va destinado a enriquecer a sus dominadores, la bur­guesía. 

Los proletarios necesitan trabajar ya que no tienen nada que vender más que su trabajo. Pero es importante recordar que los capitalistas necesitan a los trabajadores tanto o más de lo que los trabajadores necesitan sus empleos. Una revolución socialista po­drá tener lugar, cuando los trabajadores se den cuenta de que tienen poder sobre aquellos que les emplean. En este momento del proceso histórico los trabajadores se levantan contra la burguesía y toman el con­trol de los medios de producción. Del mismo modo que la «revolución» capitalista se puede describir como la victoria de la burguesía sobre los terratenientes feudales, así también la revolución socialista se puede considerar la vic­toria del proletariado sobre la burguesía.

Con la dictadura del proletariado se abole la propiedad privada y se produce la socialización de los medios de producción. Se suprime así la alienación económica. Desaparecen las clases sociales. Es una etapa transitoria de constitución del poder socialista. El proletariado utiliza el Estado, del que tiene necesidad todavía para someter a sus adversarios. El proletariado debe destruir el Estado burgués por su carácter clasista. En el socialismo se impone la planificación económica única y central. "A cada cual según su trabajo". La producción aumenta al desaparecer las trabas de las relaciones de propiedad y producción capitalistas.

Igual que anteriormente las sociedades desarrollaron tensiones que al final condujeron a su caída, así también las sociedades socialistas se desmoronarán bajo la presión de sus propias contradicciones internas. La misma «dictadura del proletariado» es la primera señal de esas tensiones destructivas. La última etapa de la evolu­ción humana sólo se alcanzará, cuando se supere esta dictadura. En ese momento de la historia el Estado desaparecerá, no habrá más propiedad ni más luchas de clases.

Hay muy pocas descripciones positivas de Marx, ni de nadie, acerca de cómo sería el Estado (mejor dicho, el no-Estado) comunista. En algunos escritos tempranos Marx describe una especie de comunidad idílica en la que la gente pasa mucho tiempo pescando y escribiendo poesía. Las demás descripciones de la utopía marxiana son negativas: no habrá más lucha de clases, no habrá más explotación del hombre por el hombre, no habrá propiedad privada de los medios de producción, ni tampoco habrá; males ni problemas sociales.

Sólo el comunismo entendido como supresión de la propiedad privada, es decir del capital, permitirá la eliminación de todas las alienaciones y la humanización del hombre. En el sistema capitalista todo se cambia por dinero, pero si consideramos una relación humana del hombre con el mundo, sólo se puede cambiar amor por amor, confianza por confianza... El sentido del "tener" debe desaparecer para poder liberar todos los sentidos físicos y espirituales. El comunismo marxista es el desenlace inevitable de la crisis interna de la sociedad capitalista y su máxima es: "De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades". Es un estadio nuevo de desarrollo del ser humano, pues será posible la realización de todas las potencialidades inherentes a la especie humana.

Frente al concepto de riqueza meramente económica de la Economía política, en la que el ser humano es reducido a un simple objeto, Marx proclama que la verdadera riqueza radica en el ser humano. El individuo rico es el que tiene una vida con múltiples manifestaciones y que siente la propia realización como una necesidad interna. La pobreza es la necesidad de poseer la mayor riqueza, a otros seres humanos. La riqueza tiene un significado humano y por tanto social.

Marx critica el comunismo grosero (el primitivo y el de sus contemporáneos), lo califica de envidia general constituida en poder, deseo de nivelación que no es la supresión de la propiedad privada, sino su absoluta generalización y la extensión a todos del destino del obrero. 











MARX ; NOCIONES


Marx: Nociones: Trabajo y extrañamiento.


El trabajo pone en relación al hombre con la naturaleza y con los demás hombres. El hombre es un ser activo cuya actividad principal es el trabajo. La concepción del hombre como ser teórico procede de la sociedad esclavista griega, donde el trabajo de transformación de la naturaleza estaba reservado a los esclavos. El hombre se va creando a sí mismo a lo largo de la historia. La enajenación es un proceso necesario, no es posible alcanzar desde el primer momento la plenitud de nuestra esencia (humanidad). Toda la historia anterior al comunismo es historia de la enajenación.

Cuando el hombre trabaja para reducir a la naturaleza a alimento, vestido, vivienda o adorno humano, está humanizando la naturaleza, no sólo por adecuarla a sus necesidades, sino también porque estas necesidades son específicamente humanas y porque estas acciones pueden ser realizadas por una pluralidad de individuos. La colaboración libre es un rasgo distintivo del ser humano, las formas animales de colaboración colectiva (hormigas, abejas) son resultado de la necesidad instintiva. La relación del hombre con el hombre esta mediada por la relación del hombre con la naturaleza. Esta relación determina la idea que el hombre tiene del hombre, tanto del otro como de sí mismo. La relación productiva transforma necesariamente el mundo humano, cultural, porque cambia al hombre mismo.

Cada generación recibe de la precedente una naturaleza transformada, sobre la que debe actuar para hacerla más humana. Así progresivamente los hombres van enriqueciendo su propia esencia, humanizándola, acercándola a lo que está llamada a ser. El desarrollo de un individuo se halla condicionado por el desarrollo de los demás con quienes se halla en intercambio directo o indirecto. La historia es un proceso ascendente, a medida que siglo tras siglo se va acumulando la acción de los hombres sobre la naturaleza, se acentúa la distancia entre lo puramente individual y lo humanamente genérico.

Este proceso de humanización es al mismo tiempo un proceso de deshumanización, porque la acción del hombre es necesariamente acción enajenada. Al vivir en un mundo de escasez, el hombre se ve obligado a anteponer su supervivencia a todo. La satisfacción de sus necesidades individuales se convierte en la guía de su acción, los demás se convierten en rivales y en instrumentos potenciales para sus intereses. Los seres humanos quedan así irremediablemente separados los unos de los otros por un egoísmo radical, lo específicamente humano queda subordinado a lo genéricamente animal, a lo puramente individual. El género queda subordinado al individuo, la esencia a la existencia, la sociedad se disuelve en una pluralidad de individuos aislados, cuya organización se lleva a cabo mediante la dominación directa de unos sobre otros, o mediante los mecanismos del mercado, que concierta temporalmente los apetitos diversos y que es una forma indirecta de dominación.

El hombre queda escindido, incapaz de elevarse hasta la comunidad. La obra de los hombres no se vive como obra común, aparece como un destino incognoscible, ante al que están inertes los individuos. El hombre percibe su propia obra como un ser extraño, ajeno, como un ser que lo domina. El ser humano no puede vivir fuera de la sociedad organizada, pero en ella crea potencias que escapan a su control, es un proceso necesario de la vida humana, que es necesariamente vida enajenada.








Nociones: Objeto del trabajo y actividad productiva.
Marx definió a los seres humanos, ante todo como productores. Su producción tiene dos aspectos, uno material y otro social. 
La producción es la actividad que busca satisfacer las necesidades humanas transformando la naturaleza. Esto implica cierta organización de la producción y poseer las herramientas adecuadas. La producción es un proceso social en que los seres humanos colaboran entre sí para producir las cosas que necesitan. Siempre conlleva relaciones sociales relacionadas con el poder y la distribución de la riqueza, los objetos producidos.


El trabajo humano se compone de dos elementos básicos: fuerza de trabajo humana y medios de producción. En los medios de producción se distingue: de un lado la tierra y las materias primas que son transformadas en las cosas que necesitamos, los “objetos del trabajo”, y de otro los instrumentos que empleamos (“instrumentos de trabajo”). 

La tendencia de las sociedades de explotación (particularmente del capitalismo) es hacer de todo objeto que sirva para algo un objeto para vender y comprar, es decir una mercancía. Podemos llamar mercancía a todo objeto que se pone en el mercado, a todo objeto producido con vistas a su cambio por otros objetos.

La mercancía es el elemento básico de la sociedad capitalista. En la sociedad capitalista todas las cosas son mercancías. El trabajador tiene que vender su fuerza de trabajo como mercancía en el mercado para poder sobrevivir. 

“El obrero se empobrece tanto más cuanto más riqueza produce, cuanto más aumenta su producción en extensión y en poder. El obrero se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías crea. A medida que se valoriza el mundo de las cosas se desvaloriza, en razón directa, el mundo de los hombres.”

Las relaciones entre los individuos están determinadas por los limites materiales que conlleva producir de un cierto modo. La división de tareas refleja el carácter del proceso de trabajo dado y las destrezas de dichos individuos. Hay un abismo entre la agricultura de barbecho de las sociedades agrícolas y la línea de ensamblaje de una fábrica moderna. La producción, distribución, intercambio y consumo de bienes son la raíz de que los hombres tengan y desarrollen determinada mentalidad. La naturaleza de la economía de una sociedad determina el carácter de su vida legal, política y cultural. Si la gente está constantemente luchando por sobrevivir es imposible que surjan ni la poesía ni unas costumbres sociales complejas.


Marx llama modo de producción a “las relaciones de producción que se corresponden con una etapa del desarrollo de las fuerzas productivas”. La primera forma de producción o de propiedad es el edén, en ella la producción está todavía sin desarrollar. La gente vive de la caza, la pesca y de la recolección de frutos.

La segunda forma de propiedad es la esclavitud, surge cuando aumenta la po­blación, las sociedades se hacen más complejas y se incre­menta el contacto entre las tribus en forma de comercio y de guerras. En el caso de la esclavitud, el trabajador es un instrumento de producción, una propiedad del amo como lo son también la tierra que el esclavo trabaja y las herramientas que éste usa.

La sociedad feudal se desarrolla en tomo a la división de la gente en propietarios y no propietarios de tierras. El campesino podía controlar algunos medios de producción (herramientas y animales, quizá) pero no es dueño de la tierra que trabaja. Luego, estaba forzado a dividir su tiempo entre el trabajo para él y su familia y el trabajo excedente para el señor feudal.

La tercera forma de propiedad es el capitalismo. Allí donde hay comercio aparecerá una clase social de comerciantes. El capitalismo representa la victoria de esta nueva clase, a la cual se suele denominar clase media o burguesía. Bajo el capitalismo la clase media, o uno de sus sectores, posee los medios de producción y el del dinero: posee fábricas, bancos, buques, etc. El trabajo produce objetos, se objetiva. En el capitalismo, desde el punto de vista del trabajador, esos objetos le son extraños (no le pertenecen) y hostiles, en cuanto lo dominan y lo esclavizan; la creación del trabajador se le enfrenta como un poder independiente.