4.1
En “La ideología alemana” una obra un poco posterior a los manuscritos, Marx redacta el acta de defunción de la filosofía tradicional. El materialismo histórico es la superación de la metafísica. Hegel ha conseguido exponer cómo se desarrolla la historia. Pero la dialéctica hegeliana se apoya sobre la cabeza y es necesario ponerla sobre los pies, se trata de separar la parte racional de la parte mística. La superación de la filosofía especulativa exige además la realización práctica de la filosofía.
Marx no sólo transformó y criticó sus fuentes intelectuales, también quiso transformar el mundo. No sólo intentó explicar el desarrollo de la historia humana, también fue un revolucionario. “Hasta el momento los filósofos han interpretado el mundo y de lo que se trata es de transformarlo.”
Para Marx la racionalización (paralela a la industrialización) del mundo no es nada si no va acompañada por la humanización del individuo. Es curioso que las principales argumentos contra el marxismo se centraron durante mucho tiempo en el olvido del individuo y que el movimiento marxista tuviera como principal objetivo la conquista del poder a cualquier precio.
Los Manuscritos económico filosóficos no se publicaron durante su vida. En ellos se refleja el momento de transición que atravesaba su pensamiento, entre el análisis crítico de las ideas y el estudio de los datos históricos. Permanecieron olvidados más de ochenta años.
Esto se debió a la importancia de la economía en el pensamiento marxista hasta épocas muy recientes. Los males del sistema capitalista son vistos exclusivamente como males económicos: miseria creciente, proletarización, despilfarro de recursos,... Desde esta perspectiva los Manuscritos y la categoría de la enajenación carecen de importancia. Son una reflexión sobre el género humano, no pertenece al materialismo dialéctico que es ciencia. Se consideraba que había una ruptura entre el joven Marx influido por la izquierda hegeliana y el Marx maduro, autor del Capital.
"El capital" se subtitula "Crítica de la Economía política". La economía política es la base científica de la sociedad burguesa, es la ciencia de la producción y de la distribución, de la riqueza y de la miseria. Pretende ser una ciencia positiva que describe los hechos económicos, y que no puede especular sobre lo que debiera ser.
En cambio, Marx trata de explicar el origen de la propiedad privada, intenta mostrar que ésta es un hecho y no una ley, y menos aún una ley eterna. La propiedad privada no es un dato absoluto, que haya que presuponer en toda argumentación. Los economistas burgueses ven a los trabajadores como costes para el capitalista. No los consideran como seres humanos que viven en sociedad,
La economía no puede acercarse a la realidad igual que la astronomía, pues la ordenación del Universo no depende de los hombres, pero la de la sociedad sí. Reducirse a aceptar lo dado, es aceptar la idea de ser humano de esta sociedad, una filosofía que esta oculta y que por ello es más peligrosa. Marx critica el naturalismo de los economistas burgueses y centra su análisis en la demostración de que todas las leyes económicas son leyes históricas, por tanto características de una determinada fase de la evolución histórica.
4.2 CONTEXTO FILOSOFICO
https://quienquieralapas.files.wordpress.com/2012/03/marx-pau-2013.pdf
Según Lenin el marxismo es el resultado de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX:
-la filosofía hegeliana alemana
(conceptos de trabajo, alienación e historia),
(conceptos de trabajo, alienación e historia),
-la economía política inglesa
(análisis de la producción, la distribución y el consumo)
(análisis de la producción, la distribución y el consumo)
-el socialismo utópico francés (idea de comunismo).
El materialismo de Feuerbach es la inversión del idealismo hegeliano. Mientras que Hegel consideraba que lo real tiene su origen en el Espíritu o la Idea, Feuerbach afirmará que lo divino, las ideas, son un mero reflejo de la realidad material. Por ello, si para Hegel el punto de partida para comprender la historia de las ideas es el Espíritu, para Feuerbach el punto de partida ha de ser el hombre, el hombre que vive en el mundo real, material.
Marx es también materialista.
Marx es también materialista.
Según Feuerbach el secreto de la teología es la antropología. Dios es el conjunto de los atributos humanos pero convertidos en infinitos. El resultado es que la religión aliena al hombre ya que el hombre religioso renuncia a su esencia y la contempla a Dios como una esencia “extraña”, infinita y divina. Por ello, la superación del cristianismo consistirá en que el hombre recupere su propia esencia. No hay más dios para el hombre que el hombre mismo.
Para Feuerbach, el hombre es un animal comunitario de ahí que su esencia consista en la unidad del hombre con el hombre. Esto es un reinterpretación humanista del axioma: “Dios es amor”.
Para Feuerbach, el hombre es un animal comunitario de ahí que su esencia consista en la unidad del hombre con el hombre. Esto es un reinterpretación humanista del axioma: “Dios es amor”.
2. Crítica al liberalismo económico. Marx coincide con Hegel al considerar al trabajo humano como algo positivo. Mediante el trabajo el hombre transforma la naturaleza y se realiza a sí mismo iniciando el camino hacia la libertad. Sin embargo, la realidad del mundo del trabajo era otra: para el proletariado y el campesinado el trabajo era fuente de alienación y de esclavitud. Para entender las causas de este fenómeno Marx procede al estudio de la economía política inglesa, representada por Adam Smith y David Ricardo.
Los seres humanos aparecen en una sola de sus facetas, afanados en la creación de riquezas y dominados por un cálculo racional y astuto que es incapaz de trascender el interés individual. Se acepta el paro y la miseria como resultado de un proceso irremediable dominado por leyes ciegas, que se deben conocer pero nunca sustituir.
Según Ricardo, el valor del trabajo equivale a lo que cuesta renovar o regenerar la capacidad de trabajo consumida. El patrón ha de pagar al trabajador un salario que le permita recuperar sus fuerzas y estar en condiciones de seguir trabajando al día siguiente. Pero el trabajo, observa Marx, es una mercancía especial que genera un producto que da al burgués unas ganancias o plusvalía. Esta plusvalía es la que da origen al capital y las desigualdades sociales.
3. Crítica al socialismo utópico francés. El “socialismo utópico” está representado fundamentalmente por Proudhon. Para este autor la sociedad industrializada se organiza de forma contraria al estado de naturaleza, que consiste en una sociedad rural que vive de los productos de la tierra y en contacto directo con la naturaleza, una sociedad igualitaria y justa sin apenas diferencias sociales. La nueva sociedad industrializada representaba una involución histórica, por lo que se hacía necesario regresar a ese estado de naturaleza de manera violenta o revolucionaria. Marx opina que el socialismo utópico no son más que fantasías o mundos ideales que alejan a los individuos de la transformación de la realidad y niega que haya existido un estado de naturaleza feliz pues la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases.
Platón:
Los seres humanos aparecen en una sola de sus facetas, afanados en la creación de riquezas y dominados por un cálculo racional y astuto que es incapaz de trascender el interés individual. Se acepta el paro y la miseria como resultado de un proceso irremediable dominado por leyes ciegas, que se deben conocer pero nunca sustituir.
Según Ricardo, el valor del trabajo equivale a lo que cuesta renovar o regenerar la capacidad de trabajo consumida. El patrón ha de pagar al trabajador un salario que le permita recuperar sus fuerzas y estar en condiciones de seguir trabajando al día siguiente. Pero el trabajo, observa Marx, es una mercancía especial que genera un producto que da al burgués unas ganancias o plusvalía. Esta plusvalía es la que da origen al capital y las desigualdades sociales.
3. Crítica al socialismo utópico francés. El “socialismo utópico” está representado fundamentalmente por Proudhon. Para este autor la sociedad industrializada se organiza de forma contraria al estado de naturaleza, que consiste en una sociedad rural que vive de los productos de la tierra y en contacto directo con la naturaleza, una sociedad igualitaria y justa sin apenas diferencias sociales. La nueva sociedad industrializada representaba una involución histórica, por lo que se hacía necesario regresar a ese estado de naturaleza de manera violenta o revolucionaria. Marx opina que el socialismo utópico no son más que fantasías o mundos ideales que alejan a los individuos de la transformación de la realidad y niega que haya existido un estado de naturaleza feliz pues la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases.
Engels ofreció una imagen sistemática del marxismo como una filosofía científica, conocida como materialismo histórico, que es una teoría de la historia cuyo punto de partida es la naturaleza. Sus escritos e interpretaciones fueron la base del primer marxismo ruso, que con el triunfo de la revolución, se convirtió en la ideología del nuevo Estado soviético.
Aunque son evidentes las diferencias en el plano metafísico (Platón es idealista y Marx materialista) en ambos es común el intento de llevar a la práctica las ideas políticas. Platón realizó tres viajes a Siracusa para intentar aplicar, con ayuda de su amigo Dión, las ideas expuestas en la República. Marx fundó la Primera Internacional, más conocida como Asociación Internacional de Trabajadores (1864), para hacer posible la superación de la sociedad capitalista. A ambos es común la idea de que los filósofos no están sólo para interpretar el mundo sino también para transformarlo.
El comunismo de la clase gobernante en la República de Platón se extiende a toda la sociedad en Marx. Para Marx los hombres son por naturaleza iguales y la propiedad privada no es un derecho sino un hecho casual que habrá de corregirse en una sociedad perfecta. Para Platón suprimir la propiedad privada en la clase gobernante permite que estos se ocupen de lo público y no de lo privado.
Una lectura algo libre del mito de la caverna de Platón podría servir para relacionar las sombras del fondo de la caverna y el concepto de ideología en Marx. Son ilusiones utilizadas para mantener inmovilizada a la mayoría.
Según Karl R. Popper las utopías de Marx y Platón son ejemplos de sociedades cerradas, dictatoriales, donde el individuo está subordinado al todo y cualquier tipo de cambio es imposible.
Hegel:
Según Hegel el Espíritu es el responsable del desarrollo de la historia. En cada época, la política, la moral, la moda en el vestir, los estilos pictóricos reflejan el nivel de autoconciencia alcanzado por los seres humanos gracias al Espíritu. Pero, tras servir al Espíritu, la cultura de una época queda anticuada y surge otra nueva cultura capaz de aumentar el nivel de autoconciencia del Espíritu. Del mismo modo, Marx afirma que las relaciones de producción y la superestructura, generadas por las fuerzas productivas, se transforman por el avance de las estas.
Según Hegel, las relaciones jurídicas (el Derecho) y las formas del Estado depende de la evolución general del Espíritu: son etapas dentro del desenvolvimiento del Espíritu objetivo. Sin embargo, para Marx, la evolución del Derecho y el Estado depende de las condiciones materiales de vida a las que Hegel llamó “sociedad civil” y cuya esencia hay que buscarla en la Economía Política
La dialéctica, en el pensamiento de Hegel, es el modo en que el Infinito se desenvuelve en la Historia. La dialéctica es un proceso en tres momentos de los cuales los dos primeros son contrarios (tesis y antítesis) y el tercero es una reconciliación armoniosa de ambos (síntesis). El antecedente más claro de esta concepción dialéctica de la realidad es Heráclito. Marx afirmará también que la realidad procede dialécticamente pero el sujeto de la dialéctica no es el Espíritu sino la humanidad. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la interpretación religiosa o teológica.
La alienación en Hegel corresponde al segundo momento de la dialéctica. Es el procedimiento por el cual la Idea (tesis) se hace otra cosa radicalmente de sí misma, Naturaleza (antítesis). La razón por la que la Idea se aliena en que sólo de ese modo puede llegar al autoconocimiento. Marx retomará el término alienación liberándolo de connotaciones teológicas: el sujeto de la alienación será la clase oprimida que ha perdido su ser en el modo de producción capitalista. Puede decirse que la alienación tiene un sentido positivo para Hegel y peyorativo para Marx. En Marx la alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre.
En Hegel la etapa del Espíritu subjetivo contiene el proceso por el que se alcanza la autoconciencia, la libertad, cuando se impone a la naturaleza mediante el trabajo. En un primer momento la autoconciencia requiere el reconocimiento de otra autoconciencia: sólo gracias al otro puedo llegar a ser yo. Se entabla entonces una lucha a muerte por el prestigio y el reconocimiento. El que teme morir, cede y se convierte en esclavo; el otro es reconocido como señor y trabaja para él. Esta es la conocida dialéctica del amo y el esclavo. La relación entre ambos implicará que se vuelvan las tornas. Ser el amo es una trampa mortal: el amo – que no trabaja – pierde todo contacto con la realidad. En cambio el esclavo conseguirá su libertad por medio del trabajo. Así, Hegel es el primero que afirma el valor del trabajo para la constitución de la autoconciencia, tema en el que coincide con Marx. El hombre es realmente un ser productivo, y el trabajo no es otra cosa que la transformación de la realidad para la satisfacción de sus necesidades, pero transformando la realidad se transforma a sí mismo. La felicidad, la perfección humana, su propio bien, no le viene a éste propiamente de la pasividad sino de la acción, de la ocupación con las cosas.
4.2 CONTEXTO HISTORICO
El siglo XIX es enormemente agitado. Las raíces de la agitación se encuentran en las transformaciones económicas y sociales producidas por la revolución industrial.
Socialmente, Europa se transforma: hay que hablar ya de clases sociales . La burguesía capitalista e industrial triunfa y se beneficia de la nueva situación. A su lado aparece el proletariado, que lentamente cobra conciencia de su condición.
La primera parte de la vida de Marx se desarrolla durante la restauración, que es la reacción contra la revolución francesa. En Francia e Inglaterra la monarquía es constitucional. Los países del centro y del este de Europa conservan intactas las formas del Antiguo Régimen. La nobleza terrateniente mantiene la mayor parte de sus privilegios tradicionales y domina absolutamente al campesinado.
En Prusia la reacción es particularmente dura. El gobierno autoritario impone la censura de prensa y obliga a muchos intelectuales liberales y demócratas a exilarse. En Prusia la burguesía carecía de poder y la industria estaba poco desarrollada. La oposición al régimen feudal es puramente intelectual (no existe movimiento obrero) y acaba disolviéndose.
La miseria obrera que ya nadie puede ignorar, es atribuida a la carencia de virtudes de quienes la padecen. Los pobres y pecadores obligados a trabajar catorce horas diarias y a presenciar la explotación de sus hijos, se sienten exasperados en esta situación, están dispuestos a la revuelta pero sin ideas para justificarla. En el momento en que Marx redacta los Manuscritos, solamente en Inglaterra está empezando a nacer un movimiento sindical moderno.
La revolución de 1848 es un hito importante. Marx publica el manifiesto comunista, el movimiento obrero comienza a tomar fuerza. Marx espera una gran crisis económica que conduciría a la revolución, pero en 1852 triunfa la reacción con el golpe de estado de Napoleón III.
Karl Marx era poco conocido en el resto de Europa: en parte porque escribía en alemán (pero sus obras no se publicaban todavía en Alemania) y en parte porque sus elaboraciones conceptuales no estaban al alcance de la mayoría. Fue el levantamiento popular de París en 1871, conocido como la Comuna, el que adoptó El capital como fundamento teórico, proclamó la primera experiencia histórica de «dictadura del proletariado» y difundió el nombre de Karl Marx por todo el mundo.
La mayor parte de los revolucionarios y líderes obreros adoptaron sus ideas y se inició la veneración de su persona y su obra como quintaesencia del pensamiento revolucionario.
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Karl Marx era poco conocido en el resto de Europa: en parte porque escribía en alemán (pero sus obras no se publicaban todavía en Alemania) y en parte porque sus elaboraciones conceptuales no estaban al alcance de la mayoría. Fue el levantamiento popular de París en 1871, conocido como la Comuna, el que adoptó El capital como fundamento teórico, proclamó la primera experiencia histórica de «dictadura del proletariado» y difundió el nombre de Karl Marx por todo el mundo.
La mayor parte de los revolucionarios y líderes obreros adoptaron sus ideas y se inició la veneración de su persona y su obra como quintaesencia del pensamiento revolucionario.
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