martes, 13 de abril de 2010

NIETZSCHE TEMAS

El vitalismo de Nietzsche

El vitalismo engloba teorías filosóficas muy distintas, su único elemento común es reivindicar la vida como una realidad que no puede ser entendida en términos mecanicistas o racionalistas. Estas doctrinas se situan en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX. Se puede entender la filosofía de Nietzsche como el intento de hacer de la vida lo Absoluto. La vida tiene valor en sí misma. Nietzsche midió el valor de la filosofía, la ciencia o el arte a partir de su oposición o afirmación de la vida.

El mundo, el ser humano, la vida, son voluntad de poder. Nietzsche no define claramente esta expresión en ningún sitio. En primer lugar, no es la voluntad psicológica, ni tampoco coincide con la voluntad de Schopenhauer. No es voluntad de vivir. Al contrario, la vida es voluntad de poder, y esta última es la voluntad de ser más, vivir más, superarse, demostrar una fuerza siempre creciente. No es correcta una definición estrictamente biologista de esta voluntad, menos todavía una interpretación política o racista.

“¿Queréis saber qué es para mí el mundo? Es un monstruo de fuerza, sin principio ni fin, una magnitud férrea y fija de fuerzas que ni crece ni dis­minuye, y que únicamente se transforma [...], un juego de fuerzas y ondas de fuerza [...], un mar de fuerzas tempestuosas que se agitan y transforman desde toda eternidad y vuelven eternamente sobre sí mismas en un enorme retorno de los años [...] Este es mi mundo dionisiaco, que se-crea-eterna­mente-a-sí-mismo, y que se destruye-eternamente-a-sí-mismo, este mundo enigmático de la doble voluptuosidad; mi más allá del bien y del mal, sin meta, a no ser que exista una meta en la felicidad del círculo, sin voluntad; a menos que un anillo tenga buena voluntad respecto a sí mismo ¿Queréis un nombre para este mundo?¿Y una solución para todos sus enigmas? ¿Queréis una luz para todos vosotros los desconocidos, los fuertes, los impávidos, los hombres de medianoche? - Este mundo es la voluntad de poder, y nada más que eso. ¡Sed vosotros también esa voluntad de poder - y nada más que eso! “

El problema de la verdad adquiere ahora un sentido distinto. No es importante saber si un juicio es falso, sino si sirve para fomentar y mantener la vida. Colocarse más allá del bien y del mal es el camino hacia la voluntad de poder, o la expresión de la voluntad de poder. La voluntad de poder es voluntad de apariencia, incluso de ilusión. Esta voluntad es más profunda, que la voluntad de verdad que imperaba bajo el reinado del mundo suprasensible. Es más profunda porque conoce la realidad auténtica del ser que es el devenir y sabe que la razón humana no podrá jamás abarcarla con sus conceptos.

En el mundo existen "fuerzas activas" y "fuerzas reactivas", activas y pasivas. Hay dos tipos principales de hombres: los dominados y los dominadores, a los que les corresponde la moral de esclavos y la moral de señores, respectivamente.

En la moral aristocrática, la de los señores, el hombre ejercita plenamente su voluntad, toma sus propias decisiones, se llama a sí mismo "bueno" porque se siente bien consigo mismo: es un "espíritu libre". Dice siempre sí a la vida, la afirma tal como es. Voluntad de poder no significa dominación o sometimiento del prójimo. No es prioridad del hombre poderoso el detenerse a someter esclavos, sino la afirmación de la vida.

En la moral del resentimiento, la de los esclavos, existe una atrofia de la voluntad de poder, es una vida descendente. Aquí se encuentra al hombre pasivo, que no actúa por sí mismo, su acción es reacción. Ellos reaccionan contra los señores, si los señores se llaman a sí mismos los "buenos", los esclavos no se llaman a sí mismos buenos, sino que llaman a los señores los "malos", su moral se basa en el resentimiento. El resentimiento contra la vida, intentar escapar de la dimensión trágica de la existencia.

La moral cristiana encarna esta forma de moral. Destruyó los valores del mundo antiguo. Fomenta valores de la “moral de esclavos” (humildad, pobreza, mediocridad, igualdad), y valores mezquinos (obediencia, sacrificio, compasión ) sentimientos propios del rebaño. Con el cristianismo se presenta una de las ideas más enfermizas de nuestra cultura, la idea de culpabilidad, de pecado. A la que hay que contraponer la “inocencia del devenir”, no estamos sometidos a ningún orden superior, estamos “más allá del bien y del mal”.

Todas las religiones son falsas, pero el politeísmo expresa mejor la riqueza de la realidad que el monoteísmo, pues no se ha separado radicalmente de la vida. El monoteísmo representa la máxima hostilidad a la voluntad de poder. La superación del cristianismo, tras la “muerte de Dios”, iniciada en la Ilustración, es fundamental para la transmutación de todos los valores. La muerte de Dios expresa el fin de toda creencia en entidades absolutas. Todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido falso a la vida, es semejante a Dios: el Progreso, la Revolución, la Ciencia. El cristianismo lleva hasta el final el desprecio por la vida iniciado por la filosofía platónica y su superación es necesaria para la aparición del superhombre.

Todos los valores de la cultura occidental son falsos valores, son la negación misma de la vida, La cultura europea ha llegado a la decadencia total, al nihilismo. El nihilismo significa que los valores supremos han perdido validez. Este es el nihilismo pasivo. El nihilismo activo es una fuerza violenta de destrucción. Los valores no se derrumbaran solos, sino que seran destruidos directamente por la voluntad de poder. Esta es la condición para que, a continuación, la voluntad de poder cree valores nuevos.. “Dios ha muerto” significa que los hombres viven desorientados. Que se superará con la “transmutación de todos los valores” . Lo que significa invertir la moral tradicional y crear una nueva tabla de valores en la que estén situados los que afirmen la vida.

La muerte de Dios, puede engendrar: por una parte, al superhombre pero, por otra parte, es también la condición de la aparición del último hombre. Este último, es ese «pulgón inextinguible» que es el más duradero y el más despreciable, aquél que se contenta con un mero pragmatismo, el que ha sustituido a Dios por su comodidad, el que ya no es capaz de despreciarse a sí mismo y cree que ha inventado la dicha; un hombre cuya vida, sin Dios, carece de sentido, y que representa la ruina de la civilización y es la culminación de la decadencia. Todos los animales han producido algo superior a ellos, el hombre se resiste a evolucionar, no quiere abandonar lo valores del pasado y dar un nuevo sentido a la humanidad.

“Habéis evolucionado del gusano al hombre, pero todavía hay mucho de gusano en vosotros”

El superhombre se caracteriza por ser fiel a los valores de la vida, al “sentido de la tierra”. Es una figura ambigua, que puede dar lugar a peligrosas interpretaciones, como la nazi.

El eterno retorno es la fórmula suprema de fidelidad a la tierra. El eterno retorno simboliza, en su eterno girar, que este mundo es el único mundo (una historia lineal conduce hacia «otro» mundo); además afirma que todo es bueno y justificable, puesto que todo debe repetirse del mismo modo. Toda huida a otro mundo es una pérdida de realidad. Por tanto hay que permanecer fieles a la tierra. La imagen de un mundo que gira sobre sí mismo, pero que no avanza como una peonza, es la imagen de un alegre juego cósmico, de una canción de aceptación de sí mismo, de bendición de la existencia. Este concepto aparece en la mitología y en los presocráticos, y se opone a la concepción lineal del tiempo, propia del cristianismo.









La crítica de Nietzsche a los filósofos.



La civilización occidental está en decadencia, debido a que consideró hace más de veinte siglos que la razón era nuestra facultad suprema. Ha tratado de imponer la racionalidad a toda costa, por encima de la vida y de los instintivos.

Nietzsche introduce en la historia de la Filosofía una horrible sospecha: la de que hemos equivocado el camino. Desde Parménides hasta Hegel (pasando por Sócrates, Platón, los filósofos cristianos y Kant, entre otros), el pensar filosófico ha seguido un camino de decadencia (estado propio de enfermos y perdedores). Quienes no pudieron imponer su voluntad culparon al mundo y a la vida en nombre de un más allá inexistente. Nietzsche cree que esa "gran mentira" ha llegado a su fin, ha sido desenmascarada. Y a este hecho histórico-filosófico, al que llamaba "la muerte de Dios", lo seguirá un período de nihilismo que se extenderá durante “los dos próximos siglos”.

 “Lo que cuento es la historia de los dos próximos siglos. Lo que sucederá, que no podrá suceder de otra manera: la llegada del nihilismo”.

Nietzsche afirma que en la cercanía de Heráclito siento más calor y me encuentro de mejor humor que en ningún otro lugar. Heráclito entiende el ser como devenir (“panta rei”, todo fluye), no hay cosas estables y permanentes, sino procesos en continua transformación ("No te bañarás dos veces en el mismo río"). Considera que el ser uno, eterno e inmutable de Parménides no existe, es una ficción vacía. Nietzsce recrimina a Heráclito que rechace el testimonio de los sentidos porque nos muestran una aparente unidad y quietud, con la razón descubrimos la dialéctica interior de las cosas, que es la lucha de contrarios, 


“Este mundo, el mismo para todos, ninguno de los dioses ni de los hombres lo ha hecho, sino que existió siempre, existe y existirá en tanto fuego siempre-vivo, encendiéndose con medida y con medida apagándose.” (fragmento 51)

"La guerra de todos es padre, de todos rey; a los unos los designa como dioses, a los otros, como hombres; a los unos los hace esclavos, a los otros, libres." (fragmento 29).

En la tragedia griega se logra la síntesis perfecta entre lo apolíneo ,  lo relativo al orden y lo dionisiaco , es decir , todo lo relativo a la irracionalidad y a los instintos. Lo apolíneo esta puesto al servicio de lo dionisiaco, ambos elementos se estimulan recíprocamente, para mantener incesantemente la lucha de contrarios. Esta síntesis perfecta se fue rompiendo a lo largo de la historia y nuestra civilización inició un proceso de decadencia. 


El primer paso hacia la decadencia lo dieron Sócrates y Platón. Sócrates hizo triunfar a la razón contra la vida, a Apolo sobre Dioniso. Platón creó otro mundo desvalorizando este, inventó el espíritu puro, alma, y la Idea de bien. Proponen la practica de la virtud, el orden y el dominio de las pasiones para conseguir la felicidad.


“La luz diurna más deslumbrante, la racionali dad a cualquier precio, la vida lúcida, fría, previsora, consciente, sin instinto, en oposición a los instintos, todo esto era sólo una enfermedad distinta -y en modo alguno un camino de regreso a la "virtud”, a la "salud", a la felicidad... Tener que combatir los instintos - ésa es la fórmula de décadence: mientras la vida asciende, la felicidad es igual a instinto”


El ser humano es quien da sentido a las cosas. Sin embargo, no reconoce esa verdad básica y pretende que el mundo tiene un sentido propio. Esta concepción se encuentra expresada claramente en Platón, quien afirma que para poder comprender este mundo es necesario "suponer" la existencia de otro más real. Desde esta perspectiva, no se puede hablar de que algo es verdadero, bueno o bello, ni siquiera de que es, si no existieran la Idea de bien, belleza, etc. El mundo de las Ideas permite juzgar al mundo sensible. La cultura occidental está basada en esta afirmación del mundo suprasensible, que constituye "la gran mentira". 


La tradición occidental ha supuesto que el concepto no recorta arbitrariamente la realidad, por el contrario afirma que la realidad se corresponden exactamente con nuestros conceptos. La realidad es tal como la pensamos. Nietzsche niega que con los conceptos captemos la verdadera realidad, que es devenir y cambio.


Con la aparición del cristianismo se impone una moral que proviene de Dios, no de la vida . El cristianismo es la expresión mas palpable del odio y del resentimiento hacia la vida , ya que dice que son bienaventurados los pobres y los humildes , y los ricos y poderosos se condenaran. 


Los teólogos cristianos identificaron la idea platónica de Bien con el Dios bíblico. A partir de entonces, la Metafísica y la Ética tuvieron en Dios su fundamento. De este modo se preparaba, con más de mil años de anticipación, la llegada del nihilismo, ya que, cuando cayera la fe en Dios, caerían con ella la Metafísica y la Moral. La Metafísica calumnió y negó este mundo (el único) en nombre de otro inexistente. El origen de este rechazo no es de orden teórico sino psicológico. Los hombres decadentes y débiles lograron imponer su visión enfermiza de las cosas. Con esa mentira doblegaron a los espíritus fuertes.

Mas tarde , con la Ilustración , se inicia el proceso que lleva a la muerte de Dios, sin embargo esta situación no fue aprovechada para crear una nueva tabla de valores, se siguieron controlando los instintos desde la razón. Así cambiamos a Dios por el Estado y la ciencia.

Con la distinción entre noúmeno y fenómeno, Kant no hace sino prolongar la tradición cristiana al seguir postulando la ruptura entre un "más acá conocido" y un "más allá desconocido". Y en su ética vuelve a unir el problema ético al teológico, convirtiendo la existencia de Dios en postulado ético. 


Nietzsche anuncia por primera vez en La gaya ciencia que "Dios ha muerto". La gran mentira de la Metafísica ha caído empujada por un precepto del propio cristianismo: la búsqueda de la verdad. El Dios cristiano carece, según Nietzsche, de realidad, al igual que el Ser de Parménides, el Bien de Platón o el Uno de Plotino. Dos mil años le ha tomado a Occidente descubrir esta verdad. Y ahora, una vez que lo ha logrado, queda sumido en el nihilismo. Con Dios se derrumban los valores. Con él perecen la Metafísica y la Moral. Ya no hay un punto de referencia absoluto desde el cual juzgar. Nada tiene sentido, nada tiene valor. Hay que situarse más allá del bien y del mal.

Nietzsche ve en la muerte de Dios una gran posibilidad. La humanidad puede crear libremente sus valores y dotar de sentido al mundo, sin necesidad de pretender que esos valores tienen un respaldo divino.













No hay comentarios:

Publicar un comentario