miércoles, 14 de septiembre de 2011

4.1 LA REPUBLICA








La república es un diálogo de madurez de Platón que recoge sus ideas principales. Trata el tema de la justicia. Se dan distintas definiciones como “dar a cada uno lo suyo”, o “hacer bien a los amigos buenos y perjudicar a los enemigos que son malos”. 
Sócrates dice que el verdadero amigo es el hombre de bien y el verdadero enemigo es el hombre malo. Pero a los hombres a los que se causa mal se hacen más injustos, luego no es propio del hombre justo el dañar, ni a su amigo, ni a nadie.

Trasímaco relaciona la justicia a la polis, la justicia es lo que conviene al poderoso, pues las leyes las dicta el gobierno según su interés. Rechazan esta idea porque la función del gobierno es buscar el bien del pueblo, del mismo modo que el medico busca la curación del enfermo. Trasímaco contesta que así como no se engordan las ovejas para otros, tampoco se practica la justicia en beneficio de los demás, sino de uno mismo.

Glaucón expone que hay algunos que creen que la justicia ocupa un lugar intermedio entre el mayor bien, que es poder ser injusto impunemente, y el mayor mal, que es padecer la injusticia. El gran mérito de la injusticia consiste en parecer justa sin serlo. Los poetas están de acuerdo en afirmar que la virtud es honorable, pero que casi siempre va acompañada de sufrimientos; mientras que el vicio, a pesar de ser considerado deshonroso, es ciertamente agradable. La felicidad radica en practicar la injusticia y evitar  sus consecuencias desagradables, utilizando la astucia o buscando protecciones. En el caso de que existieran dioses, éstos no se interesan por los asuntos de los seres humanos.

Según Sócrates el injusto quiere tener ventaja sobre todos. El que es bueno y sabio no quiere tener ventaja sobre su semejante, sino sobre su contrario, el injusto. Por tanto, el injusto es ignorante y malo. Luego el justo es dichoso y el injusto es desgraciado.


Para explicarlo Sócrates examina como se aplica la justicia al Estado. El Estado perfecto es una organización social simple, reducida a lo mínimo. Con la especialización del trabajo el Estado se agranda, surge la posibilidad de la guerra y militares profesionales.

El gobierno lo deben ejercer los ancianos mas sabios, que vivirán en comunidad sin posesiones propias. Consideran que no será una vida dichosa pues no podrán emplear dinero en su propio placer. El interés de algunos se sacrifica cuando se trata del interés general. Tan pronto como éste se halle asegurado, cada uno gozará, según su ocupación, de la felicidad que esté naturalmente unida a ella. Lo importante es que cada ciudadano se mantenga en su puesto. Se fijaran leyes contra la opulencia y la pobreza ,contra la expansión del Estado, contra los cambios en la educación y sobre los hábitos de los jóvenes. Estos aspectos permitirán mantener una ciudad justa. El resto de leyes no es necesario dictarlas porque se siguen de una buena educación, como la propuesta. Los ancianos tomarán decisiones sabias.

La conclusión es que la justicia consiste en ocuparse únicamente de los propios asuntos.  La injusticia es la usurpación de los derechos de otro. El alma se divide en las mismas partes que el Estado. Cada individuo será justo y cumplirá su deber cuando haya armonía en su alma, cuando cada una de sus partes realice su virtud.

Los problemas sociales no desaparecerán mientras los filósofos no se ocupen del gobierno. Existen  tres clases de hombres : los ignorantes, que no saben nada; los que creen saber, pero en lugar de ciencia tienen opiniones, porque se dejan llevar por las apariencias; los filósofos, aquellos que se aplican a la contemplación de la esencia de las cosas. Los filósofos son los únicos que poseen la ciencia de lo bello, del bien y de lo justo. 

En este momento expone el mito de la caverna. Se trata después de las distintas ciencias que deben conocer los filósofos, que culminan en la dialéctica. La dialéctica es la única ciencia que busca la verdad por sí misma, sin otro interés.


La forma más perfecta de Estado es la aristocracia o la monarquía. Las demás formas de gobierno son malas por este orden: timocracia, oligarquía, democracia, y tiranía. En la timocracia domina la  ambición y la sed de honores. En la oligarquía domina el deseo de riquezas. Solo gobiernan los ricos. Este Estado encierra dos Estados: el de los ricos y el de los pobres. En todo Estado que haya pobres, habrá malvados y delincuentes. 

La democracia aparece por una revolución de los pobres. La sociedad se divide en tres clases: los políticos, los ricos y los pobres. No se exige cultura ni preparación para llegar a ser gobernante. El exceso de libertad lleva a la tiranía, a la falta absoluta de libertad.

El tirano se vale de cualquier medio para mantenerse en el poder, desde el engaño al asesinato. El tirano no puede ser feliz porque su alma esta sometida a las peores pasiones. Desconfiado, sin amigos, sin alegría, es una maldición para sí y para los demás.

El gobernante más feliz es el aristócrata o filósofo, que empieza por reinar sobre sí mismo. El sabio conserva la armonía en su alma,Y el más miserable es el tirano, esclavo de sus pasiones, que mantiene esclavizados a los demás. El cuidado del alma  proporciona un deleite mucho más auténtico que los placeres insatisfactorios de los sentidos. La justicia recibe ya su recompensa en este mundo, pero la mayor recompensa para la virtud es la inmortalidad. Las personas virtuosas son recompensadas y las inmorales son castigadas después de su muerte.

http://www.monografias.com/trabajos11/platonn/platonn.shtml



4.1 EL DIÁLOGO PLATÓNICO

Platón en las obras que publicó utilizó el diálogo, pues mediante preguntas y respuestas, matizando ciertas opiniones y rechazando otras, se va conduciendo la investigación hasta el descubrimiento de la verdad; el diálogo constituye una especie de concurso intelectual que por medio de la discusión pone de manifiesto el esfuerzo lento y fatigoso que requiere el conocimiento.

Casi todos los personajes que Platón hace intervenir en sus diálogos son reales, aunque frecuentemente se recurre a situaciones anacrónicas al colocar a muchos interlocutores en tiempos distintos a los que en realidad existieron. El protagonista principal en la mayoría de ellos es Sócrates, que, mediante una ingenuidad fingida (ironía socrática), va refutando las posiciones de sus interlocutores, frecuéntemente sofistas. La mayoría de los diálogos comienzan analizando una cuestión; a continuación, se desarrolla un proceso negativo o refutación, mediante el cual se eliminan los errores y, por último, tiene lugar el proceso mayéutico, que se dirige al descubrimiento de la verdad.

Sócrates no escribió nada, pues creía que la escritura no era apropiada para la transmisión de la verdad. Sabemos que su método de investigación y de enseñanza era el diálogo. Platón será fiel en gran medida a su maestro y también considerará que la verdad se muestra en el intercambio de ideas entre diversos interlocutores. En el Fedro critica la escritura pues producirá el olvido, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de lo escrito, se llegará al recuerdo desde fuera, no desde dentro, desde uno mismo. Proporciona apariencia de sabiduría, porque habiendo oído muchas cosas sin comprenderlas, parecerá que se tienen muchos conocimientos. Crea eruditos que no entienden lo que saben.



LA ACADEMIA

Platón queda desilusionado con la democracia que condena al hombre más justo, y por la dictadura de los treinta tiranos, de carácter aristocrático, que también había cometido abusos. Platón inicia una serie de viajes que le ponen en contacto con los pitagóricos. En Sicilia intentó influir en la política del tirano Dionisio I, estratega de Siracusa; pero éste, molesto por sus ingerencias y sus críticas, lo expulsa. De vuelta en Atenas fundó un centro dedicado a la actividad filosófica y cultural, la Academia, en donde impartió sus enseñanzas el resto de su vida. Su objetivo era por un lado la formación de los futuros gobernantes-filósofos y por otro convertir a los gobernantes en filósofos. Realizó dos viajes más a la corte de Siracusa pero fracasó.

La academia puede ser considerada como un antecedente de las Universidades. Se impartía Matemática, Música, Astronomía, Física. Su nombre se debe a que estaba situada cerca de la estatua de Academos, un heroe mítico ateniense. Se levantó en un olivar sagrado dedicado a la diosa de la sabiduría, Atenea, a las afueras de la Atenas. Como toda escuela ateniense, tenía como fin primario el culto de los dioses, las Musas y Apolo. La importancia que se daba a la matemática se refleja en la inscripción de la fachada: "nadie entre aquí que no sepa geometría".


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