lunes, 28 de septiembre de 2009

PLATON CONTEXTUALIZACION FILOSOFICA



4.2


Los Presocráticos pronto comprendieron que los datos de los sentidos no eran suficientes para explicar los cambios naturales. 

Parménides afirma que el movimiento es imposible, pues el cambio es el paso del ser al no ser o la inversa, del no ser al ser. Esto es inaceptable, ya que el no ser no existe y nada puede surgir de él. El cambio, el tiempo, la pluralidad y el vacío son considerados ilusorios. Así se introduce la distinción entre verdad y apariencia, verdad y opinión, y se otorga primacía a la razón sobre los sentidos. Afirma que este mundo no es, los sentidos nos engañan: nos muestran un mundo en cambio constante. A partir de este momento es necesario explicar cómo siendo el Ser inmutable, la realidad es múltiple y cambiante.


Platón, supone una especie de síntesis de estas dos concepciones opuestas. Por un lado tenemos el mundo sensible, caracterizado por un cambio constante y por el otro, tenemos el mundo perfecto de las ideas, caracterizado por la eternidad y la incorruptibilidad.


Aristóteles critica la teoría de las Ideas, porque duplica sin motivo el mundo, estableciendo un mundo paralelo que necesitaría a su vez de explicación. No es capaz de explicar el movimiento de las cosas, que era uno de los propósitos de la filosofía presocrática. Si las Ideas son inmóviles e inmutables y las cosas imitan las ideas, tendrían que ser también inmóviles e inmutables; pero si cambian ¿de dónde procede ese cambio?.


Aristóteles admite como Platón y Sócrates que la esencia es lo que define al ser, pero se diferencia en que la esencia es la forma, que está unida inseparablemente a la materia. Materia y forma constituyen la sustancia. La afirmación de la importancia del conocimiento sensible, del conocimiento de lo singular para llegar a lo universal, abrió posibilidades a la investigación científica.


El neoplatonismo es una sistematización de la filosofía y de ideas religiosas orientales, se utilizó para revitalizar el politeismo y frenar la propagación del cristianismo. 
El Uno es absolutamente transcendente: está «más allá del ser y la substancia» y, por tanto, «más allá de la mente y la ciencia»: es inefable e incomprensible. El modo como todo procede del Uno es una emanación que deja al Uno inalterado, intacto. La emanación no es propiamente creación. A partir del Uno por emanación surge el Nous (Inteligencia), que conoce al Uno y a sí mismo y a todas las cosas, pero no en una idea, sino en multiplicidad de ideas. En el Nous se encuentran las Ideas platónicas y equivale al mundo inteligible. Del Nous emana el Alma del mundo, que no conoce al Uno, y de la que proceden todas las almas y formas de los seres sensibles. Ella anima el alma de todo lo viviente y así gobierna todo, como Providencia que origina un cosmos armónico y bello.


El hombre, como alma en un cuerpo, es el centro del cosmos. Y es en él como se inicia el proceso de retorno al Uno. Este proceso se realiza mediante una purificación progresiva que elimine todas las diferencias (hay que alejarse del cuerpo, de la sensación, de las pasiones, del pensamiento discursivo.. ) La música, el amor y la filosofía son los medios para conseguirlo. Pero, esencialmente, se trata de que el hombre entre dentro de sí mismo, vuelva a la interioridad. La meta final de este proceso es el regreso y contemplación del Uno:

   «El verdadero fin del alma es adherirse a esta luz y contemplarla por si misma, y no por la luz de otro ser, lo mismo que no se contempla el sol a la luz de ningún otro astro».



PLURALISTAS

Parménides influye en toda la filosofía griega posterior, incluyendo a Platón y a Aristóteles. Afirmaba que: “Es necesario decir y pensar que el ser es y que el no ser no es.” Sólo este camino nos conduce a la verdad. El ser es uno, inmutable, inmóvil, indivisible y eterno. Las razones en las que fundamenta esta descripción son puramente lógicas. El ser es único porque, si hubiese dos seres, ¿qué los diferenciaría? ¿El ser? No, porque es lo que tienen en común. ¿El no ser? Tampoco: si el no ser no es, no puede ser causa de la diferencia. Por lo tanto el ser es uno. Además, el ser no puede cambiar: no puede cambiar hacia el ser, pues ya es, y ¿cómo podría cambiar hacia el no ser, si el no ser no es?. El ser es indivisible porque sólo podrían ser separadas las partes por el no ser. Como consecuencia el cambio, el tiempo, la pluralidad y el vacío son considerados ilusorios. Así se introduce la distinción entre verdad y apariencia, verdad y opinión, y se otorga primacía a la razón sobre los sentidos. Afirma que este mundo no es, los sentidos nos engañan: nos muestran un mundo de multiplicidad sujeto al cambio. 

A partir de este momento los filósofos deben explicar cómo siendo el Ser inmutable, la realidad es múltiple y cambiante. Platón lo resuelve con la dualidad de mundos.

El llamado problema del cambio conduce a Platón a buscar una solución que guarda paralelismos importantes con la propuesta por los filósofos pluralistas: siguiendo a Parménides hay que reconocer la necesaria inmutabilidad del ser, pero el mundo sensible no se puede ver reducido a una mera ilusión. Aunque su grado de realidad no pueda compararse al de las Ideas no puede ser asimilado con la nada. La teoría de las Ideas pretende solucionar, entre otros, el problema de la unidad en la diversidad, y explicar de qué forma un elemento común a todos los objetos de la misma clase, su Idea, puede ser real; la afirmación de la realidad de las Ideas no puede pasar por la negación de toda realidad a las cosas.

Empédocles postula la existencia de cuatro elementos (fuego, tierra, aire, agua) cada uno de ellos con las características de permanencia e inmutabilidad del ser, y la existencia de dos fuerzas cósmicas (Amor, Odio) que actuarán como causa de la combinación o disociación de los elementos.

Anaxágoras también se enfrentará al problema de explicar el cambio admitiendo la permanencia del ser. El ser no puede generarse ni corromperse; no puede haber propiamente hablando nacimiento ni destrucción, sino simplemente mezcla o separación de las cosas que existen. En lugar de cuatro elementos afirmará la existencia de un número infinito de ellos, cada uno poseyendo las características del ser parmenídeo es decir, eternidad e inmutabilidad. La mezcla de estas semillas es lo que constituye los objetos de la experiencia; cuando en un objeto predomina un tipo determinado de semillas le atribuimos al objeto la propiedad de las partículas predominantes, ya que, en los objetos de la experiencia, "hay partículas de todas las cosas". 

El movimiento de las partículas o semillas estaría sometido al Nous o inteligencia; sin embargo, el papel de la inteligencia queda reducido al de causa inicial del movimiento que, una vez producido, sigue actuando por sí mismo sometido a causas exclusivamente mecánicas. Las partículas son sometidas por el Nous a un movimiento de torbellino que será la causa de la constitución de todas las cosas tal como nosotros los conocemos.

Según Demócrito todos los cuerpos del universo son compuestos de dos elementos: unos indivisibles, simples e inmutables que se mueven azarosamente, los átomos y el elemento que los delimita y permite sus movimientos: el vacío. La diversidad de seres se explica por la diversidad de átomos: varían sus tamaños, formas y pesos.

Platón y Aristóteles rechazaron el atomismo. Por un lado el conocimiento de la naturaleza resultaba imposible, no es posible calcular las trayectorias y colisiones de infinitos átomos moviéndose en el vacío. De otra parte el Universo es el producto imprevisible de estas colisiones, el orden proviene inexplicablemente del desorden, del azar. No existe una Inteligencia que de orden a la materia ni finalidad alguna que permita comprender los procesos naturales.



El pensamiento de Platón esta muy influido por su maestro Sócrates y por las doctrinas pitagóricas que conoció en Italia.

SOCRATES

Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden con el período de esplendor de la sofística en Atenas. El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al hombre y la sociedad, abandonando el estudio de la naturaleza.

Para el relativismo sofista los conceptos morales no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se pretendía alcanzar mediante un método inductivo.

Sócrates desarrolla un método práctico basado en el diálogo, en la conversación, constaba de dos fases: la ironía y la mayéutica. En la primera fase el objetivo fundamental es, a través del análisis práctico de definiciones concretas, reconocer nuestra ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición que estamos buscando. Sólo reconocida nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad. La segunda fase consistiría propiamente en la búsqueda de esa verdad, de esa definición universal, ese modelo de referencia para todos nuestros juicios morales. Lo cierto es que en los diálogos socráticos de Platón no se llega nunca a alcanzar esa definición universal, por lo que es posible que la dialéctica socrática hubiera podido ser vista por algunos como algo irritante, desconcertante o incluso humillante para aquellos cuya ignorancia quedaba de manifiesto, sin llegar realmente a alcanzar esa presunta definición universal que se buscaba.

Sócrates no escribió nada, pues creía que la escritura no era apropiada para la transmisión de la verdad. Su método de investigación y de enseñanza era el diálogo. Platón será fiel en gran medida a su maestro y también considerará que la verdad se muestra en el intercambio de ideas entre diversos interlocutores. En el Fedro critica la escritura pues producirá el olvido, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de lo escrito, se llegará al recuerdo desde fuera, no desde dentro, desde uno mismo. Proporciona apariencia de sabiduría a los alumnos. Porque habiendo oído muchas cosas sin aprenderlas, parecerá que tienen muchos conocimientos. Crea eruditos que no entienden lo que saben.

Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica: descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir. En este sentido es llamada la ética socrática "intelectualista": si conociéramos el bien, actuaríamos conforme a él; la falta de virtud en nuestras acciones es fruto de la ignorancia.

En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la democracia bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que honra la ciudad" y "corromper a la juventud". Es considerado culpable por una mayoría de 280 a 220 votos. La acusación pidió entonces la pena de muerte, para obligarle a pedir el destierro. Sócrates solicita una pensión por su trabajo y es condenado a muerte. se negó a aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió la cicuta. Platón queda desilusionado con la democracia que condena al hombre más justo, y por la dictadura de los treinta tiranos, de carácter aristocrático, que también había cometido abusos. Platón inicia una serie de viajes que le ponen en contacto con los pitagóricos.

 


PITAGORICOS

Junto a la religión oficial de los dioses olímpicos, existían en Grecia cultos mistéricos que prometían la inmortalidad del individuo mediante la purificación del alma. En el orfismo se alcanzaba el éxtasis, en el cual, el alma se separaba del cuerpo.

Hacia el 530 AC, Pitágoras se instaló en Crotona, una colonia griega al sur de Italia, donde fundó un movimiento con propósitos religiosos, políticos y filosóficos, conocido como pitagorismo. Era una especie de secta cuyo símbolo era el pentágono estrellado, tenía carácter secreto y existía comunidad de bienes. En ella, hombres y mujeres estudiaban e investigaban sobre matemáticas, filosofía, música y astronomía. La filosofía de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra de sus discípulos y pretende conciliar la antigua visión mítica del mundo con la explicación científica.

La filosofía de Pitágoras se desarrolla en una doble vertiente: una místico-religiosa y otra matemático-científica. a) Por lo que respecta a la primera, el eje central está representado por la teoría de la trasmigración de las almas y la consecuente afirmación del parentesco entre todos los seres vivos. La idea de inmortalidad del alma es novedosa para los griegos. La vida que sigue a la presente no es un pálido reflejo, sino la verdadera y más intensa vida. Para la mentalidad tradicional las almas de los difuntos son  incapaces de articular palabra.

El Universo está vivo y su alma es divina. Las almas individuales son fragmentos del alma divina, que han caído a la Tierra y encerrados en cuerpos. Las almas son entidades inmortales que se ven obligadas a permanecer en cuerpos reencarnándose sucesivamente pasando de unos a otros durante un periodo de tiempo indeterminado, hasta superar el proceso de reencarnaciones gracias a la purificación (catarsis), que culmina en el regreso del alma a su lugar de origen. Para ello, era necesario observar numerosas reglas de purificación, por ejemplo, la abstinencia de la carne, así como diversas normas rituales y morales.

El camino más seguro y difícil para la liberación es el camino matemático, los secretos del Universo son numéricos. b) Analogía entre la música, el cosmos y los números: los pitagóricos descubrieron que la altura de un sonido depende del número, en cuanto depende de las longitudes de las cuerdas, y es posible representar los intervalos de la escala con razones numéricas, entonces así como la armonía musical depende de un número, se puede pensar que la armonía del universo depende también del número. Todas las cosas son números porque creían que los números son cosas. Por la unión de puntos se engendra la línea, la superficie se engendra por la unión de varias líneas y el cuerpo por la unión de superficies. Puntos, líneas y superficies son las unidades reales que componen todos los cuerpos de la naturaleza, y en este sentido todos los cuerpos deben ser considerados como números.

Aristóteles informa que los pitágoricos sostenían que los elementos del número son lo par y lo impar, y que de estos dos elementos, el primero es ilimitado y el segundo limitado, el uno, la unidad (pues el uno es a la vez par e impar, y todo numero procede del uno, y el cielo todo es un numero. La unidad es el punto, el dos es la línea, el tres la superficie, el cuatro el volumen. Esto significa que todos los cuerpos constan de puntos o unidades es el espacio, los cuales cuando se los toma en conjunto, constituyen un número. El 10 que resulta de la suma de 1+2+3+4 (suma de los cuatro primeros, es el número perfecto o tetraktys. Esta es el numero perfecto y la clave de la doctrina.

El cosmos está formado por el pneuma ( espíritu, viento) ilimitado, es uno, sin partes, compacto. Constituye el ser y fuera de él existe el no ser, el vacío o el espacio. Las cosas se formaron por el movimiento eterno que hay en el pneuma, comenzó a respirar, de este modo se rompió su unidad dando origen a la multiplicidad. Dios mantiene el mundo unido en la justicia a través de la armonía. Este dios no piensa de manera humana ni tampoco tiene forma humana. Su cuerpo es una esfera, y la divinidad se manifiesta en el movimiento circular del fuego de los astros.

Dentro del pneuma ilimitado, agitado por el movimiento eterno, se formó un cosmos esférico, limitado lleno, compacto sin distinción de partes. El cosmos es una esfera viviente dotada de respiración y al respirar inhalo el pneuma ilimitado y el vacío, los cuales penetraron en su interior rompiendo su unidad. Con ello se origina la pluralidad numérica de las cosas, cada una de las cuales es igual a un número.

Los seres se componen de ser y de no-ser. Siendo distintos y opuestos los elementos que componen las cosas, es necesario un vínculo que los coordine. Este vinculo es la armonía, así, los números y la armonía son los principios de las cosas. Todo es número y armonía. Pitágoras fue el primero en utilizar la palabra Cosmos, es decir, el concepto de Universo ordenado y armonioso.


Preceptos pitagóricos:
  1. Cuando vayas a un templo, adora(primero) ,y en el camino , no hagas ni digas nada que tenga relación con tu vida diaria.
  2. Cuando viajes, no entres en un templo ni adores de modo alguno, ni aun cuando te encuentres en el umbral mismo del templo.
  3. Sacrifica y adora descalzo.
  4. Apártate de los caminos frecuentados y camina por los senderos.
  5. Refrena ante todo tu lengua y sigue a los dioses...
  6. No revuelvas el fuego con un cuchillo(o instrumento de hierro)...
  7. Ayuda al hombre que trata de levantar su carga, pero no al que la depone.
  8. Al calzarte, comienza por el pie derecho, y al lavarte, por el izquierdo.
  9. No hables de las cuestiones pitagóricas sin luz.
  10. No pases nunca por encima de un yugo.
  11. Cuando estés fuera de casa, no vuelvas nunca la vista atrás, pues las Erinias siguen tus pasos. ( Personificaciones femeninas de la venganza, que perseguían a los culpables de ciertos crímenes)
  12. Alimenta un gallo, pero no lo sacrifiques, pues está consagrado a la luna y al sol.
  13. Abstente de los seres vivos.
  14. No permitas que una golondrina haga su nido bajo tu tejado.
  15. No lleves anillo...
  16. No te mires al espejo junto a una lámpara.
  17. No creas nada extraño sobre los dioses o las creencias religiosas.
  18. No te dejes poseer por una risa incontenible.
  19. No te cortes las uñas durante un sacrificio...
  20. Tras levantarte de la cama, enrolla los cobertores y allana el lugar donde yaciste.
  21. No comas el corazón...
  22. Escupe sobre los recortes de tu pelo y las limaduras de tus uñas.
  23. Borra de la ceniza la huella de la marmita...
  24. Abstente de las habas.

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