APUNTES DE FILOSOFIA DE SEGUNDO DE BACHILLERATO PARA LAS EBAU DE LA REGION DE MURCIA
domingo, 16 de enero de 2011
LOCKE: NOCIONES
ESTADO DE NATURALEZA Y REPÚBLICA.
El punto de partida de la filósofos contractualistas es el concepto de estado de naturaleza. Es el estado en que se encontraba la humanidad antes de que se formaran sociedades, antes de que existieran vínculos colectivos. Los contractualistas no llegan a tal estado de naturaleza como resultado de una investigación histórica, pues el desarrollo de las ciencias sociales en el siglo XVII y XVIII no lo permite, se trata de una de una ficción al servicio de sus intenciones teóricas.
El primer concepto de estado de naturaleza aparece en la Biblia, Adán vivía en el paraíso pero fue expulsado por desobedecer las normas de Dios.
Para Hobbes el estado de naturaleza, es un estado de guerra de todos contra todos. “El hombre es un lobo para el hombre”. La envidia, agresividad y codicia conducen a la guerra. El miedo las contrarresta y nos hace buscar la paz.
Locke distingue entre estado de naturaleza y estado de guerra que constituye una violación del estado de naturaleza. En el estado de naturaleza hay ausencia de jueces y leyes positivas, rigiendo la ley natural. Existe un estado de paz mientras no haya utilización de la fuerza sin derecho, pues esto da lugar a un estado de guerra , que es “un estado de enemistad y destrucción” . El estado de guerra puede darse en el estado de naturaleza o en la sociedad civil. La guerra de todos contra todos no es una necesidad, pero es una posibilidad. Los hombres se organizan en sociedades y establecen un poder que asegura la convivencia en paz.
Para Rousseau el ser humano en el estado de naturaleza es como el buen salvaje. En el predomina la compasión hacia sus semejantes. La sociedad es la causa de la maldad del seres humanos y por tanto de la guerra.
Entendemos por República un sistema político que se fundamenta en el imperio de la ley y la igualdad ante la ley. Su objetivo es frenar los abusos de los más fuertes o del gobierno y proteger los derechos fundamentales. Es incompatible con tiranías o monarquías. El rey y el tirano están por encima de la ley. Cuando hay un poder absoluto por encima de la comunidad, realmente no se ha salido del estado de naturaleza, pues es incompatible con la existencia de una sociedad civil formada por ciudadanos libres.
No debe confundirse república con democracia aunque tiendan a coincidir. La república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno de la mayoría. En una república pueden darse cambios en el sistema de gobierno, esto ocurre cuando se cambia la constitución.
Etimológicamente república deriva del latín Res publica, que significa literalmente "cosa pública", traducía el concepto griego politeia, que originalmente significaba la organización estatal de una ciudad-estado en la Antigua Grecia. Por república debe entenderse según Locke una comunidad independiente, que los latinos expresaban con la palabra civitas (ciudad-estado), que en idioma inglés tiene su mejor correspondencia en commonwealth, la cual expresa una sociedad de hombres. Hobbes en la introducción al Leviatán pone en un mismo nivel de significación los términos civitas, commonwealth y Estado. En el Reino Unido existió entre 1649 y 1660 la única experiencia republicana del país denominado como commonwealth of England, hasta la restauración de la monarquía de Carlos II.
LEY NATURAL Y LEYES ESTABLECIDAS.
La existencia de una ley natural anterior a la sociedad no es una creación de Locke, es el continuador de una larga tradición iniciada por Aristóteles que distingue entre justicia legal y natural. Los juristas romanos afirmaron la existencia de un derecho superior al positivo, común a todos los pueblos. Santo Tomás distingue entre ley divina, ley natural que conocemos por la razón y ley humana que deriva de la ley natural. A partir del siglo XVI el derecho natural se separa del fundamento religioso.
La ley natural son ciertas reglas de la naturaleza que gobiernan la conducta humana y que pueden ser descubiertas con la razón. Todo individuo que pueda decidir racionalmente es libre. La razón le otorga la autonomía moral, lo cual lo independiza de cualquier poder eclesiástico.
Para Locke el estado de naturaleza se rige por la ley natural que puede ser descubierta por la razón. Esa ley obliga a todos y enseña que todos los hombres son iguales e independientes y que nadie debe dañar a otro en su vida, su libertad o sus bienes. En suma, la ley natural evita la transformación de la libertad en anarquía, pues presenta un sistema de derechos y deberes para los seres humanos.
El estado de naturaleza no es perfecto. Locke visualiza dos problemas, la violación de la ley natural y la guerra. En el primer caso, cuando un individuo viola la ley natural el agredido tiene el derecho de castigar al agresor, siendo juez y ejecutor. La guerra siempre es posible y en este caso es justo que el amenazado intente destruir a quien le amenaza. En el estado natural no existen leyes escritas ni instituciones que protejan a los individuos.
Las leyes establecidas permiten concretar la ley natural, deben respetar la ley natural, que incluye el derecho a la propiedad.
La ley no es tanto limitación como dirección de la conducta de las personas hacia su propio interés. El fin de la ley no es restringir sino ampliar la libertad. Si pudiéramos ser felices sin la ley, sería inútil y desaparecería. Donde no hay ley no hay libertad. La libertad es hallarse libre de opresión y violencia ajenas, lo que no ocurre cuando no hay ley.
El rechazo del absolutismo es total, Locke desea que la autoridad este limitada por el consentimiento del pueblo, por la ley, a fin de eliminar el riesgo de arbitrariedad, aun exponiéndose a cierta anarquía.
Para Locke la conquista no puede ser considerada una fuente del poder civil, sino que éste solamente se origina en el consentimiento. Ni la guerra injusta ni la cesión de una propiedad por la fuerza tienen fundamento legal. “Si un ladrón asaltase mi casa y, poniéndome un puñal en la garganta, me obligase a firmar documentos por los cuales les cedía mis fincas, ¿se consideraría que ello le daba un título de propiedad sobre ellas?. Pues ése es el título que con su espada consigue el vencedor injusto que me obliga a someterme a él. El daño y el crimen son iguales, lo mismo si quien los comete lleva corona que si se trata de un vulgar criminal”.
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