sábado, 10 de febrero de 2018

ORTEGA CONTEXTUALIZACION



El pensamiento del autor en el conjunto de su obra



Aunque su obra no es sistemática, ni tiene voluntad de sistema, se puede
estructurar a partir de lo que se ha llamado su perspectivismo y su
raciovitalismo, tesis que permiten situar su pensamiento dentro del  vitalismo.


Aunque la cuestión de las etapas en la evolución de su pensamiento es
controvertida, si aceptamos la clasificación más conocida, la de Ferrater
Mora, hay que señalar sus viajes a Alemania (1905-1907) como el
elemento determinante de la primera etapa, el objetivismo, que llega
hasta 1914, fecha de publicación de Meditaciones del Quijote.


Del neokantismo más que el contenido doctrinal asimiló el espíritu de su
filosofía. Considera que lo principal no es lo subjetivo y lo individual sino
el ejercicio de la razón, ejercicio que nos vincula con el ámbito de lo
objetivo, lo universal y de la ciencia (incluida la filosofía). De ahí que en
su diagnóstico de España relacione todos sus males con el pernicioso
influjo del catolicismo, el subjetivismo. Estos males son una consecuencia
de que España no ha entrado en la modernidad.
Es preciso mirar a Europa, principalmente a Alemania, no para copiar sino
para instalar en nuestra tierra la raíz que tan buenos frutos ha dado fuera.


Segunda etapa de su pensamiento (1914-1923). En 1914 publica
Meditaciones del Quijote, con la que da comienzo el perspectivismo.
Ortega no solicita tanto europeizar España como modificar radicalmente
toda la cultura europea, y el objetivo de su afanes intelectuales y políticos
ya no es la modernidad sino la superación de la modernidad. A la base de
la Europa actual encuentra el racionalismo y el idealismo, y puesto que
Europa está en crisis, la solución (y la solución de los problemas de España)
será superar el racionalismo y el idealismo.
En este momento aparece la noción de circunstancia y, como una
consecuencia de ella, la de perspectiva. El único modo de captar la realidad
es desde un circunstancia concreta, por lo tanto desde una perspectiva.
El mundo no es materia, ni espíritu, ni ninguna construcción metafísica,
el mundo es perspectiva.


 La tercera etapa de su pensamiento recibe el nombre de racio-vitalismo
( es el título dado por el propio Ortega y Gasset a su filosofía, junto con
los de "doctrina de la razón vital" y "doctrina de la razón histórica")
(desde 1924). El raciovitalismo y la razón histórica son el resultado de
extraer las consecuencias de su teoría de la circunstancia y del
perspectivismo. En esta época los temas orteguianos girarán siempre
alrededor de la realidad radical, la vida, entendida no desde el punto de
vista biológico sino experiencial y por lo tanto temporal e histórico. El
ser humano carece de naturaleza, es historia, esto permitirá la superación
del racionalismo abstracto y de la modernidad.
La deshumanización del arte (1925), La rebelión de las masas (1930),
obra por la que más se le conoce a nuestro filósofo en el extranjero,
Historia como sistema, Ideas y creencias (1940) son algunas de las
obras de este período.


El pensamiento del autor en la historia de la filosofía
y/o en su época.


A partir de sus primeras estancias en Alemania, iniciadas en 1905, el
neokantismo de Marburgo se convierte en su primera influencia
importante. Aunque posteriormente se alejó y combatió tenazmente,
toda su vida se rebeló contra el cientificismo y el apriorismo
característicos de esta escuela.
A partir de 1911 Ortega es influido por la  fenomenología. Se mantiene
el empeño de una fundamentación trascendental de la filosofía como
ciencia frente al psicologismo y positivismo. Pero ahora no es el yo puro
la estructura básica de la conciencia, sino la relación intencional
sujeto-objeto.
A partir de los años 20, los escritos de Ortega muestran la influencia de
un vitalismo biologicista de autores como Scheler, Bergson o Nietzsche.
Ya no trata de fundamentar científicamente la filosofía, el concepto
fundamental es el de vida.
Sin embargo, a partir de finales de los años 20, en gran parte a raíz de
la lectura de Ser y tiempo de Heidegger, la noción de vida sufre una
radical transformación y su filosofía un giro metafísico. Si antes la vida
era entendida como impulso o fue rza cósmica, al estilo bergsoniano,
ahora la entiende como la mutua e indisoluble conexión yo-mundo,
sujeto-objeto, estructura que se convierte en la realidad radical y en el
origen de los problemas filosóficos, que toman un carácter existencial.


Esta disparidad de influencias ha provocado numerosas discusiones
acerca de la continuidad y coherencia de su pensamiento y sobre su
originalidad, puesta a menudo en duda.


La influencia que ejerció Ortega en la intelectualidad española de su
tiempo fue enorme, especialmente en el ámbito filosófico. Importantes
discípulos suyos en su juventud, con posteriores caminos propios,
fueron José Gaos, Manuel García Morente, Xavier Zubiri o María
Zambrano, entre otros muchos. La Guerra Civil y la posguerra provocó
la marcha de muchos de ellos a otros países, especialmente a América,
lo que por un lado amplió la influencia de Ortega y por otro limitó esta
influencia dentro de las fronteras españolas. De 1939 a 1955 se volvió
a enseñar la filosofía de corte escolástico y se ignoraban todas las
corrientes filosóficas contemporáneas.


ESPAÑA EN EL SIGLO XX


La mayoría de la población era agraria, lo que implicaba un gran peso
de los valores tradicionales y de la Iglesia. Persistía el caciquismo. El
relativo crecimiento de la producción agraria no supuso ningún
aumento de renta de los trabajadores del campo. Los problemas
aumentaban con el paso de los años: cuestión agraria, reivindicaciones
obreras y nacionalistas, atraso del proceso educativo y necesidad
de su auténtica secularización, debilidad de las relaciones internacionales.


Con la crisis del 29 cae la dictadura de Primo de Rivera, el rey echó
mano del jefe de su casa militar (el general Berenguer, condenado por
la catástrofe de Annual y amnistiado por el propio rey). Entre huelgas,
manifestaciones y protestas, el Régimen caminaba visiblemente hacia
el despeñadero. pues su hegemonía ideológica había descendido a cerca
de cero. El Gobierno había convocado elecciones municipales. Se formaron
candidaturas republicano-socialista y la consulta electoral tomó el carácter
de un referéndum en favor o en contra de la monarquía.

Los republicanos ganaron en las grandes ciudades. Gobierno y aparatos
del Estado se desplomaron en menos de 48 horas de conocer los resultados.
Alfonso XIII embarca hacia el destierro y se instaura la república.

Ortega se aleja tanto de las ideologías utópicas del momento, socialismo y
anarquismo, como del conservadurismo católico reaccionario. La única
solución es que las élites arranquen a la masa de su ignorancia. Lo normal
es que las masas acepten los valores de bien y de belleza que le proponen
las élites. El problema de nuestro tiempo  es para Ortega el que las masas
han impuesto sus valores mediocres.




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